el 28 de abril de 1988 un grupo de unos trescientos gasteiztarras abrió de una patada el viejo almacén del Obispado en lo alto del Casco Viejo. Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la okupación. Los vitorianos no volvieron a ver un patadón así hasta el penalty de Iván Rocha. Aquella acción de protesta en pleno día de San Prudencio iba a cambiar muchas cosas en Gasteiz. Acababa de nacer el Gaztetxe, el epicentro de un terremoto que hoy, 26 años después, sigue luchando por agitar el sistema igual o mejor que el primer día a base de autogestión y decisiones colectivas, asamblearias, sin nadie por encima del resto.

Una metodología que desde hace un cuarto de siglo sirve no sólo para gestionar el Gaztetxe, sino también para todo lo que surja alrededor de él, ya sea escribir un libro, sacar un disco... O dirigir un documental. Así las cosas, un grupo de gaztetxeros y gaztetxeras decidió hace poco más de un año, coincidiendo con el 25 aniversario, ponerse manos a la obra para dar forma a un documental, parte realidad y parte ficción, con el que mostrar a todo el mundo cómo funciona la casa en lo alto de la colina. Una formar de actuar, una forma de vida al fin y al cabo, en la que distintas generaciones de gasteiztarras entrelazan sus tareas para cincelar un espacio que desde hace tiempo es parte intrínseca de la capital alavesa.

El resultado de un año de trabajo cámara al hombro se estrena hoy a las 21.30 horas en la plaza de Escoriaza-Esquível, o en el frontón Auzolana en caso de lluvia. De aproximadamente una hora de duración, la película Probatu ez duenak ez daki zer den hau -en recuerdo a la mítica Gora Herria de Negu Gorriak- está protagonizada por cuatro actores gasteiztarras que, en palabras de Erlantz Anda, uno de los creadores, representan “ese trabajo intergeneracional que existe en el Gaztetxe y que no se ve en muchos sitios, con gente que formó parte del Gaztetxe hace veinte años manteniendo vínculos con jóvenes de ahora”.

Los tres representantes de lo que los autores definen como “la manada gaztetxera” -“le hemos dado un toque gracioso a la historia, algo al estilo Félix Rodríguez de la Fuente”, apunta Anda- están interpretados por Shukare Otero (la más joven del grupo), Jaione Olabe y Raúl Camino en el papel del miembro del Gaztetxe “menos joven y con hijos”, que también se anima a participar en el día a día de la casa del Casco Viejo. Junto a ellos el documental cuenta con la participación de Andrés Bezares, que hace las veces de presentador.

Las escenas de ficción se intercalan con pequeñas entrevistas de medio minuto de duración a unas treinta personalidades que de una u otra manera han formado parte de la historia del Gaztetxe. Desde el mítico Evaristo a Juan, de Soziedad Alkoholika, pasando por el escritor Iban Zaldua, o el histórico líder vecinal del Casco Viejo Rafael Ruiz de Zárate, fallecido en febrero.

un espacio común Manufacturado con la ayuda de la escuela de artes y oficios y Hala Bedi, entre otras manos amigas, los autores del documental confían en haber podido trasladar a su obra el espíritu de trabajo e ilusión que emerge alrededor del Gaztetxe. “Queríamos transmitir una idea de cómo se funciona en el Gaztetxe, las diferentes formas de relacionarse, de militar, de lo que significa no tener nadie que mande a nadie y lo bonito que es el hecho de que gente de diferentes edades e ideologías compartan un mismo espacio”, explica Anda, que además también está implicado en la elaboración del libro cuyo germen surgió también con el 25 aniversario.

“El libro será un análisis más exhaustivo, con entrevistas más largas, pero para el documental buscábamos un toque más ameno”, sostiene. Los que esta noche no puedan acercarse a la plaza de Escoriaza-Esquível al estreno de la película tendrán oportunidad de resarcirse en el futuro en futuras proyecciones y en diferentes formatos. “Haremos alguna proyección más en Gasteiz y lo subiremos a Internet. Además es probable que salga en DVD para regalarlo junto al libro”, adelanta Anda.

En medio de la vorágine que fue surgiendo alrededor de la propia película, que cuenta con partes tanto en castellano como en euskera, hubo tiempo también para que Jimmy Bidaurreta y la Gasteiz Big Band accedieran a componer una canción para el documental, Bagarela, en la que también participan Evaristo, Juan (de S.A.) e Iñaki (de Betagarri) y cuyo videoclip está on line desde la semana pasada.

trabajo colectivo Los realizadores de Probatu ez duenak ez daki zer den hau, de los que Anda ejerce como portavoz, prefieren no dar sus nombres porque “realmente es un trabajo de muchas personas”. Sea como fuere, hoy empezarán a recoger los frutos de su trabajo. Algo que estos días les ha obligado a trabajar a destajo para llegar a tiempo para el estreno, aunque hay detalles que no estarán, como los subtítulos.

Y quién sabe si dentro de otros 25 años su trabajo servirá para formar parte de otro documental sobre el medio siglo del Gaztetxe. “Estaría guay, pero esperemos que no lo tengamos que hacer nosotros y vengan otros jovenzuelos detrás a hacer el del 50 aniversario. Seguro que se hará porque el Gaztetxe, como se ve en el documental, es algo muy arraigado en Gasteiz y le ha dado mucho a la ciudad a todos los niveles”, subraya Erlantz Anda. “Hace una labor social, cultural y política muy importante. No molesta a nadie y cada vez que ha habido una amenaza por parte del Ayuntamiento, Gasteiz ha respondido. Es un lugar por el que pasan cientos de personas todos los días, y si ahora mismo quieres montar una fiesta o lo que sea tienes que cogerla a tres o cuatro meses vista porque está hasta arriba. El Gaztetxe es una herramienta fundamental para el movimiento social de Gasteiz”, concluye Erlantz. Un lugar con una historia fascinante que esta noche lucirá a 24 fotogramas por segundo.