se trata de uno de los alimentos más populares, todo un clásico en las mesas de cualquier país del planeta o familia y, además, combinable con decenas de productos más. Con patatas fritas, con jamón, haciendo posible un arroz a la cubana... Es el huevo frito, un producto accesible para todos los bolsillos y al que muy pocos hacen ascos pero que también tiene su punto de dificultad y tiempo a la hora de ser elaborado.

Una empresa afincada en Gasteiz ha decidido echar una mano a todos aquéllos que por vagancia, por falta de pericia o por la necesidad de freír huevos en cadena a día de hoy lo tienen difícil para disfrutar o hacer disfrutar de este alimento. Su nombre es Food Style, la primera firma del mundo que ha logrado registrar y patentar el huevo frito ultracongelado para su distribución y consumo sin que pierda su textura y calidad. La firma, regentada por Javier Yzuel, un cocinero aragonés residente en la capital alavesa, ha logrado este objetivo tras varios años de trabajo, investigación e innovación.

Los primeros intentos por conseguir la patente de la ultracongelación del huevo frito datan del año 1951 en Estados Unidos, pero nunca se llegó a conseguir un resultado óptimo, que tuviera las mínimas condiciones de calidad y textura y que garantizase además un riesgo sanitario nulo como el que ha conseguido Food Style. Yzuel presentó ayer en el céntrico bar Toloño su nuevo producto, cuya elaboración, según indicó, no es sencilla, ya que para conseguir el resultado definitivo ha tenido que invertir muchas horas y desechar más de 5.000 huevos hasta alcanzar un resultado satisfactorio, además de conseguir homogeneizar el huevo frito.

El proceso requiere de un componente técnico muy importante, ya que tanto la yema como la clara son dos productos incompatibles. La clara tiene un 95 % de agua y la yema es todo proteína. El huevo frito ultracongelado presenta ventajas como la inexistencia de riesgo sanitario, porque al someter al producto a un choque térmico no hay posibilidad de salmonella. Asimismo, tras su descongelación, este alimento que siempre consigue un mismo tamaño y textura aguanta 24 horas en el frigorífico.

Food Style ha conseguido tras la Feria Alimentaria celebrada el pasado mes de abril en Barcelona los primeros acuerdos de comercialización, con pedidos que alcanzan las 100.000 unidades. El objetivo de la empresa es llegar en unos meses a vender un millón de huevos al mes. Sus principales mercados se encuentran en el sector de la hostelería, los hoteles, las empresas de catering y las franquicias. De momento, no pueden dar el salto a los supermercados, pero esperan acabar llevando su producto a los arcones de las superficies comerciales para que cualquier persona pueda disfrutarlo en su casa.

Además, esta empresa vitoriana dará trabajo a 16 nuevos empleados en los próximos meses. Gasteiz On, que apadrinó la presentación del producto, celebró ayer que la presentación de este producto supone "un gran impulso para el sector agroalimentario alavés", sin duda una gran noticia en estos tiempos de crisis. Las grandes empresas de restauración que confíen en este producto podrán ahorrar también notablemente "en instalaciones, materias primas y personal", según remarcó Gasteiz On.

el huevo, de nuevo protagonista El huevo, aunque en este caso bien batido, fue también el protagonista hace unos pocos años de otra innovación culinaria made in Álava que, en este caso, está más enfocada a las cocinas domésticas, un paso que todavía no ha dado Food Style. Senén González, el propietario del restaurante Sagartoki, puso en el mercado a mediados de 2012 la tortilla que lleva su nombre y que también se conserva congelada.

Una tortilla que presume de "suave, cremosa y ligera" y que se puede disfrutar en cualquier momento y lugar, sin más ritual que un golpe de calor vuelta y vuelta. Este viejo anhelo del popular cocinero logró un impulso definitivo tras lograr en el año 2010 el premio a Mejor Tortilla de Patatas de España en Lo Mejor de la Gastronomía. Actualmente, puede encontrarse en múltiples establecimientos presentada en recipientes termosellados con forma de cazoletas para que se mantenga mejor conservada en frío.