Vitoria - La Catedral de Santa María de, cuyo proyecto de restauración ha recibido el premio más importante de la Unión Europea al patrimonio cultural español, recuperó ayer su uso religioso después de estar 20 años cerrada, con una ceremonia multitudinaria presidida por el obispo Miguel Asurmendi. En el año 1994 el templo se cerró al culto ante el riesgo de derrumbe y desde 2000 se está sometiendo a un proceso de rehabilitación integral, desde los cimientos hasta la parte más alta de la torre. El lehendakari, Iñigo Urkullu; varias consejeras del Gobierno Vasco; el diputado general de Álava, Javier de Andrés; y el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, entre otras autoridades, asistieron a la eucaristía, que llenó de fieles la nave central del templo gótico.

El prelado gasteiztarra presidió la eucaristía, que fue concelebrada por otros ocho obispos, entre ellos dos enviados de la Nunciatura Apostólica, que acudieron en representación del Vaticano y del papa Francisco, que fue invitado a presidir el acto. En su homilía, en euskera y castellano, el obispo recordó el misterio que simboliza el templo y su concepción como centro de la vida litúrgica de la diócesis, incluida su dimensión cultural.

A partir de este fin de semana, las campanas de la catedral volverán a repicar para llamar a misa a los feligreses los sábados y domingos, y también se oficiarán bautizos, comuniones y bodas. De lunes a viernes, el templo gótico continuará con los trabajos de rehabilitación.

Beatificación de Pedro Asúa Al término de la ceremonia religiosa, Asurmendi, anunció que el próximo 1 de noviembre será beatificado en Vitoria el sacerdote vizcaíno Pedro de Asúa y Mendia en una ceremonia presidida por el cardenal italiano Angelo Amato. Será la primera vez" que la capital alavesa acoge una ceremonia de beatificación. - Efe