decenas de personas jubiladas, tal y como ya lo hicieron anteriormente frente al ambulatorio y la oficina de Hacienda, se concentraron ayer a mediodía frente a la oficina de Lanbide en Llodio para exigir a la Administración que "ningún pensionista perciba una pensión inferior a 1.000 euros mensuales para el mantenimiento de su persona". En la protesta, convocada por Pentsionistak martxan, reclamaron "un sistema de salud público, universal, gratuito y de calidad", haciendo especial hincapié en lo referente a la atención de las personas que viven en las residencias. De hecho, pidieron concretamente, "100 trabajadores especializados por cada 100 residentes, para garantizar una mejora de la calidad de atención a los mismos, una alimentación nutricional adecuada, y una mejora en la higiene personal".
El colectivo de pensionistas tampoco se olvidó de "los diferentes decretos y reformas que han supuesto una continua agresión al sistema de pensiones y a la salud pública". Se refirieron en concreto a la congelación de las pensiones desde 2011, a la inaplicación de la Ley de Dependencia y a la reducción presupuestaria pública para la atención de mayores y de residencias. También se acordaron de la falta de profesionales especializados y del copago farmacéutico, "porque entendemos que ya lo hemos pagado anteriormente a través de los impuestos y nuestro trabajo".
Por último, subrayaron que los citados son "sólo algunos de los puntos que nos motivan para seguir exigiendo a la Administración Pública una mejora en la calidad de vida de las personas dependientes, porque nosotros y nosotras podemos ser las siguientes en necesitarla".