vitoria - Casi todos los años, cuando llega el 27 de abril, los caracoles se refugian y los paraguas brotan como perretxikos. El patrón alavés se ha ganado a pulso ser conocido por su incontinencia urinaria, porque al llegar la efeméride lo habitual es que los feligreses acaben a remojo. Hay incluso un refrán en su honor que dice que "por San Prudencio, el meón, llueve hasta el portalón". No es de extrañar, por tanto, que puedan cumplirse las nefastas predicciones meteorológicas de esta edición. Hace ya unos cuantos días que se anunciaba agua para hoy y, conforme ha ido acercándose la jornada, las previsiones no se han alterado. Da igual qué servicio consultar. Todos auguran el mismo panorama gris y húmedo. Cien por cien de probabilidades de lluvia hasta el mediodía, precipitaciones menos intensas pero continuas hasta mitad de tarde y muy nublado pero sin chaparrones el resto de la jornada. Lo típico.

Cierto es que cuando el tiempo está desapacible, el ambiente en las campas de Armentia se resiente. No obstante, miles de alaveses se sobreponen siempre a los obstáculos meteorológicos y responden a la lluvia con la fe puesta en pasar un rato divertido. Pertrechados con paraguas, suben la colina y se apretujan entre los distintos puestos para hincarle el diente a un talo, beberse unas sidras o comprar algún producto artesanal. Lo mismo pasa cuando el mercurio se pone la bufanda. Los visitantes hacen gala de su carácter local y recurren a la tradicional práctica de la cebolla: a menos grados, más capas. Hoy tocará abrigarse un poco, porque la humedad anunciada siempre enfría el ambiente, aunque no demasiado. Las previsiones hablan de 15 grados de máxima y 8 de mínima. Una temperatura benevolente, si se compara con la del año pasado. En 2013, las nubes llegaron en avalancha junto a un frío propio de meses superados y dejaron parte de su carga en pequeñas acometidas que, incluso, llegaron al suelo en forma de granizo.

Más lluviosa fue aún San Prudencio en 2012. Pocas veces resultó tan desolador el aspecto de la plaza de La Provincia durante la retreta, pese a la fidelidad de decenas de ciudadanos. Cayó tanta agua que las actuaciones intermedias entre llamada y llamada a la celebración tuvieron que suspenderse. Al día siguiente, Armentia logró registrar una asistencia aceptable dadas las circunstancias, pero triste en comparación con otros años. Hay quienes todavía recuerdan cómo las campas estaban casi desiertas por la mañana. Por suerte, a mediodía el chaparrón se suavizó y el ambiente festivo fue mejorando. Así suele suceder siempre, gracias en parte también a los chavales que se desperezan de la resaca de la noche anterior y se animan a viajar al epicentro de la fiesta.

dos años consecutivos de sol Los últimos Sanprus perfectos se remontan a 2010 y 2011. Durante dos años consecutivos, el patrón alavés se mostró benévolo y postergó su querencia por la lluvia. Armentia amaneció en aquellas ediciones irradiada por un sol de primavera que animó a propios y extraños a disfrutar de la festividad y a desperezarse tras horas de jarana. El gentío salió de su caparazón y llenó las campas, en unas jornadas rebosantes de buen ambiente. Por desgracia, el resto de la hemeroteca cuenta más días de agua que de cuernos al sol. Y hoy, como casi siempre, quien quiera disfrutar de la jornada será mejor que lo haga pertrechado con un paraguas o un chubasquero.

Este jueves, sin embargo, puede que los complementos de agua no sean tan necesarios para disfrutar en plena naturaleza de las distintas actividades programadas. De momento, las predicciones de unos y otros servicios meteorológicos no se ponen muy de acuerdo. Hay hombres del tiempo que calculan que el día fluctuará entre sol, nubes y algo de xirimiri, mientras que otros pintan un panorama tan oscuro como el que han dibujado para esta jornada. Y eso que Estíbaliz, aunque muchas veces lo parezca, no es la Virgen de la Cueva.