recuperar la memoria histórica, ese anhelo que comparten las familias de miles de represaliados durante la Guerra Civil, colisiona en muchas ocasiones con la falta de sensibilidad de determinadas instituciones y también con la escasez de recursos económicos. Un ejemplo claro de ello se encuentra en las centenares de fosas comunes que pueblan el territorio estatal, cuya exhumación requiere de apoyos y principalmente dinero que no siempre se encuentran. El crowfundig, una práctica de moda que consiste en recaudar fondos a través de Internet gracias a la solidaridad de particulares, acaba de ponerse también al servicio de la memoria histórica para avanzar en la identificación de las víctimas enterradas en los Montes de La Pedraja (Burgos). Y la UPV/EHU ha decidido involucrarse en este proyecto.
La agrupación de familiares de las personas inhumadas en este lugar, que se ubica en la carretera nacional Logroño-Burgos -a 25 kilómetros de la capital castellana-, realizó durante el año 2010 la localización y exhumación de estos restos. Los aspectos técnicos de la excavación fueron dirigidos por el antropólogo Paco Etxeberria, presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que precisamente justo ahora hace un año participó en un sentido homenaje en la localidad alavesa de Etxaguen (Zigoitia) a los milicianos enterrados en las fosas del lugar. El trabajo de identificación de las víctimas mediante el ADN, tan complicado como costoso, lo está llevando a cabo el grupo de investigación BIOMICs de la UPV.
Los antecedentes históricos señalan que en este paraje de La Pedraja, al que se accedía a través de una carretera estrecha y sinuosa, fueron inhumadas clandestinamente numerosas personas tras ser asesinadas en los primeros meses de la Guerra Civil y cuya procedencia era de distintas localidades.
Aunque no se ha podido establecer por el momento, el número de víctimas enterradas podría llegar hasta las 300 ó 400 de acuerdo a las fuentes orales, que señalan a este lugar como de reiteración de los enterramientos. Estos mismos medios advierten de que a las víctimas se las llevaba a la zona en sacas, grupos de 10, 12 y hasta 20 personas, que sucesivamente eran asesinadas a sangre fría a pie de fosa por las fuerzas franquistas.
La localización de las cavidades fue muy complicada, ya que la topografía del terreno ha variado de forma considerable a lo largo de los años y, además, hace unos años se realizó un gran desmonte para el nuevo trazado de la carretera. La primera fosa fue localizada y exhumada en el verano de 2010 y se localizaron 104 cuerpos. Hubo que hacer varios kilómetros de zanjas con cinco máquinas excavadoras en una superficie de cuatro hectáreas.
restos dañados Los restos encontrados en La Pedraja se encuentran bastante deteriorados, lo cual añade todavía más dificultad a la extracción y análisis del ADN que se pretende realizar desde la Universidad vasca. A ello se suma la dificultad de que la comparación de los perfiles genéticos obtenidos debe realizarse con familiares de las víctimas que en muchas ocasiones son lejanos, lo que obliga a hacer un gran número de análisis para llegar a alcanzar una identificación positiva. Todo ello requiere de una alta inversión económica, de ahí que se haya puesto en marcha esta campaña de crowfunding. Se trata, según insisten sus promotores, de un proyecto que no tiene fines lucrativos sino solidarios, porque el presupuesto será destinado única y exclusivamente a cubrir los gastos de los análisis genéticos todavía por finalizar.
Quien desee apoyar a la causa, debe entrar en la siguiente web: http://www.lanzanos.com/proyectos/fosa-la-pedraja-identificacion-desaparecidos/apoyos/ y aportar lo que económicamente le permita su bolsillo, con recompensas que oscilan entre los 10 y los 100 euros. Al cierre de esta edición, el proyecto había recaudado ya 400 euros de los 8.000 que tiene como objetivo, con 16 apoyos solidarios.