aunque las campas de Salburua no son grandes, sino enormes, en los últimos meses se han producido ciertas tiranteces entre los dos clubes de béisbol y sófbol (una variedad con pelotas menos veloces) de la ciudad y vecinos del barrio, que incluso en ocasiones han llamado a la Policía Local porque entienden que los practicantes de este deporte ocupan para ellos solos una parte significativa de la campa. En el buzón ciudadano del Ayuntamiento se recogen varias de estas quejas, que el presidente de la asociación de vecinos Burdinbide, Joseba Martínez de Guereñu, relativiza.
"La campa es lo suficientemente grande para disfrutarla todos, pero sí es verdad que tienen su parcelita. A nosotros -explica- no nos parece mal, pero lo suyo es que si hay demanda se haga un campo en el que puedan jugar". Eso es precisamente lo que reclama Manu Martínez, presidente de la federación alavesa, que ya ha mantenido varios encuentros con el alcalde Maroto para expresarle la necesidad de habilitar un espacio específico, que incluso los responsables de la federación ya tienen localizado.
Junto a los campos de fútbol de Michelin, en Betoño, hay una parcela abandonada que Manu se ha encargado de medir personalmente. "Esa campa es perfecta, es un lugar en el que estamos cerca de todo y a la vez lejos, un lugar donde no molestaríamos a nadie", explica este dominicano afincado en Gasteiz. Para contar con un campo de béisbol homologable hace falta una parcela cuadrada o triangular de 380 pies (115 metros) de longitud en cada uno de sus lados. La práctica del sófbol también podría llevarse a cabo en el mismo lugar porque en esta modalidad los campos son más reducidos, y el espacio yermo que ha encontrado Manu da la talla.
El béisbol es un deporte que utiliza pelotas muy duras y que salen a gran velocidad, pero según Manu, siempre que juegan en Salburua hay un equipo de personas encargado de balizar el terreno para garantizar una distancia de seguridad con los paseantes, y "si pasa alguien se para el partido". Según el presidente de la federación alavesa, los problemas se dan principalmente "con dos personas que pasean a sus perros, pero cuando ha venido la Policía hemos dialogado con ellos y ven que tenemos gente para vigilar que no haya pelotazos y que precintamos el terreno con una cuerda".
Alrededor de 200 personas, procedentes de Colombia, la República Dominicana, Nicaragua, Japón o China, se dan cita frecuentemente en este espacio, "el único en el que se puede practicar en Vitoria", que Manu gestiona con la idea de "sacar de la calle a los niños a los que les gusta el béisbol".
Los dos clubes de Vitoria, los Orioles y los Bravos, compiten con equipos de Madrid o Zaragoza, se han proclamado campeones por selecciones de Euskadi y a nivel estatal han llegado a ser los terceros, "y todo eso sin tener un campo propio", señala Manu, quien afirma que poco a poco van saliendo jugadores buenos y que ello supone "un tremendo material para representar a la provincia".
ocupación permanente La cuestión es que las zonas verdes de la ciudad no se pueden ocupar de forma permanente y exclusiva, por muy grandes que sean las campas en su totalidad, y de ahí las quejas planteadas por algunos vecinos en el buzón ciudadano. Otros residentes del barrio, por contra, opinan en el mismo foro que la presencia de los dos equipos de béisbol no supone ni molestias ni peligro.
En cualquier caso, la presencia en la zona de dos equipos federados, que han llegado a tomar parte en las fiestas del barrio y cuyas exhibiciones y partidos incluso se anuncian en el Buesa Arena, no está regularizada. Quienes no ven con buenos ojos la práctica de este deporte en Salburua afirman además que con los partidos se estropea el césped de las campas, que los equipos señalizan con tiza o cal. Por todo ello, el pasado mes de julio el Ayuntamiento ya informó a la federación de que en Salburua no se pueden dar usos deportivos permanentes, aunque se sigue jugando.
Manu Martínez insiste, los Orioles y los Bravos son los primeros que quieren dejar Salburua para tener un espacio propio vallado, homologado y donde tampoco ellos sean interrumpidos en su actividad. Un lugar donde consolidarse, explica el presidente de la federación alavesa, que ahora trabaja en la confección de un tercer equipo en Gasteiz y que está organizando además un torneo de San Prudencio con seis grupos participantes.
La federación quiere montar además torneos colegiales de verano, e imparte clases abiertas a quien quiere aprender a practicar este deporte, un gran desconocido fuera del Caribe, Estados Unidos o Japón.