vitoria. Estos días todo el mundo habla del precio de la luz y se pregunta qué pasará con el gas. Son conceptos que pueden poner en jaque a muchas familias. Por algo últimamente se habla de pobreza energética, término con el que se identifican a todos esos hogares que son incapaces de pagar la energía suficiente para satisfacer las necesidades domésticas o se ven obligados a dedicar una parte excesiva de sus ingresos a pagar las facturas que genera la vivienda para tener luz, calefacción y agua. La expresión nació en el Reino Unido a principios de la década de los noventa y aunque en España se está haciendo cada vez más patente a pie de calle todavía no se han realizado análisis en profundidad. Al menos, eso sí, estos escenarios están entrando ya en el debate político. En sus enmiendas al Presupuesto foral de Álava, por ejemplo, el PSE solicitó apoyo económico para quienes respondan a ese perfil.

La luz sube desde ya un 2,3%, un aumento superior al IPC pero no tan exagerado como el que al principio se preveía. La polémica subasta de la semana pasada prometió un incremento de los precios del 11%, pero el Gobierno la canceló debido a los indicios de que esta había sido manipulada. Al final, el porcentaje fijado entra dentro de las recomendaciones emitidas desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, aunque cada vez son más las voces que achacan los acontecimientos a un paripé. Por otro lado, sigue la incógnita del gas. El Gabinete de Rajoy ha congelado los peajes de enero, pero la medida promete ser provisional. Industria está esperando a definir el marco regulatorio del sector y a recibir las últimas cifras de consumo para resolver las incertidumbres sobre el tamaño del déficit y tomar una decisión. Por eso, los expertos afirman que las subidas están cantadas.

Y la gasolina Llenar un depósito de 55 litros de gasolina en el año 2009 costaba de media 59,9 euros. Hoy en día, repostar esa misma cantidad supone al menos 85 euros. En los últimos años, el aumento del precio de esta materia prima ha sido del 40%. Por eso, muchos ciudadanos andan preocupados por la que se avecina en 2014. Por suerte, parece que no habrá subidas desmesuradas. Según los expertos, se espera como mucho la aplicación del IPC.