vitoria. El guión foral siguió su curso y ayer, a las nueve y media de la mañana, Álava desayunó estabilidad para al menos dos años. Tras meses de acercamientos y separaciones, sobre todo a cuenta del escollo de Arasur, al fin el Gobierno de Javier de Andrés selló con el PNV el ansiado acuerdo presupuestario. Y los jeltzales, pieza clave en la resolución del tira y afloja, lo presentaron. El resultado de las negociaciones son 20,9 millones de euros destinados, en su mayor parte, a la reactivación económica y la generación de puestos del trabajo. De ésos, 9,15 se van a gastar el próximo ejercicio, 5,7 en 2015 y los demás quedarán incluidos en créditos de compromiso hasta 2017. La formación nacionalista está contenta. Su decisión de tender la mano al PP y no soltarla han salvado al territorio de una nueva prórroga y lo reconducen por la vía del consenso.
"Nuestro compromiso es intentar que las instituciones vascas puedan tener Presupuestos en 2014 y si en algún sitio los considerábamos necesarios era en Álava, el territorio del Estado que mayor crecimiento interanual del paro ha registrado", subrayó ayer en un tranquilo discurso el portavoz juntero del PNV, Ramiro González. El pacto genera "el clima de confianza necesario" para que los tres ejes que lo perfilan progresen adecuadamente: el desarrollo logístico de la provincia, la mejora de la financiación municipal y la creación de empleo. "La presentación que el PP hizo de su proyecto presupuestario el 14 de noviembre dificultó las negociaciones", recordó el líder jeltzale, "pero dijimos entonces que no renunciaríamos hasta el último día a llegar a un acuerdo, volvieron las conversaciones, se intensificaron este fin de semana y al final hemos cerrado uno muy satisfactorio para Álava". Arasur ha dejado de ser un obstáculo. El proyecto otrora maldito dispondrá de 2,3 millones, de los que 200.000 corresponden a 2014 y el resto se reservará para 2015, ya que será entonces "cuando empiecen las obras". No son los 3 que contemplaba aquel acuerdo inicial del Ejecutivo foral que De Andrés quiso dinamitar, pero resultan suficientes para crear el acceso ferroviario al puerto seco porque el Puerto de Bilbao y el Gobierno Vasco asumirán el monto pendiente. Buenas noticias para el sector del transporte, que confía en que la infraestructura resucite el recinto de Rivabellosa y a muchas empresas alavesas.
Las entidades locales también respiran. El acuerdo incluye para ellos doce millones de euros, repartidos de tres en tres de aquí a 2017. En su día estuvieron presupuestados para la ejecución de obras en el territorio, pero no se ejecutaron. El Gabinete de Javier de Andrés se los guardó para introducirlos en la amortización de deuda. Sin embargo, la necesidad de llegar a un acuerdo ha podido más que la estrategia. Este lunes, el PP se abstuvo en la votación de la moción liderada por el PNV y secundada por EH Bildu y PSE para destinar la mitad de ese dinero en 2014 y 2015 a financiación directa para que los ayuntamientos, municipios, cuadrillas y concejos de Álava -a excepción de Vitoria- puedan contar con dinero contante y sonante ya mismo para afrontar distintos pagos o deudas, mientras que el resto se dedicará en 2016 y 2017 a la convocatoria del Plan foral de Obras y Servicios para realizar reformas. La nueva postura de los populares, que hasta entonces se había enrocado en el no, permitió sacar adelante la iniciativa, contemplada en el pacto presupuestario. "Es una cuantía que va a permitir hacer inversiones que cubran infraestructuras básicas y generen empleo en toda Álava", subrayó González.
La creación de puestos de trabajo ha sido la principal obsesión del PNV en su travesía hacia el consenso. Y se ha materializado finalmente en el Plan para la Reactivación de la Economía y el Empleo, cuantificado en 3,1 millones de euros. De esos, 2,6 se utilizarán en 2014, distribuidos entre algunos de los ámbitos que más apoyo necesitan en estos tiempos de crisis. El acuerdo contempla 1,3 millones para proyectos de apoyo al emprendimiento y al I+D+I, 300.000 euros para el plan de empleo que gestionarán las cuadrillas alavesas en coordinación con el Gobierno Vasco y un millón para la inversión en infraestructuras en el ámbito rural. Las actuaciones de este último apartado ya están definidas y contemplan todo tipo de mejoras, ya sean arreglos de caminos y en frontones, cambios de alumbrado o de contadores, obras en instalaciones municipales y plazas o pequeñas rehabilitaciones urbanísticas, con partidas que van desde los 15.000 hasta los 120.000 euros. La mayoría se ejecutará este próximo año, pero también las habrá en 2015, ya que los 500.000 euros del pacto relegados a dentro de dos años están destinados a los pueblos.
solidaridad y euskera Arasur, la financiación de las entidades locales y el plan de empleo suman 5,8 millones. Eso significa que hay otros 3,35 para gastar en este próximo ejercicio, a lo largo de muy diversas partidas. Una de las más destacadas por su doble efecto, de respaldo a los más olvidados y de generación de puestos de trabajo, es la destinada al Servicio de Ayuda a Domicilio. Este recurso dispondrá de 500.000 euros más para incorporar el grado 1 de dependencia en el ámbito rural. Además, el capítulo de Bienestar Social se ve enriquecido con las aportaciones económicas a distintos colectivos que trabajan en beneficio de las personas desamparadas y con dificultades. Bizitza Berria recibirá 60.000 euros, Bultzain 25.000 y Eginaren Eginez 20.000. La solidaridad es una de las señas del PNV en toda negociación presupuestaria, sea cual sea la institución desde la que trabaje. Por eso el pacto ha conllevado también un incremento de las partidas destinadas a cooperación. Este capítulo recoge 342.000 euros, distribuidos principalmente entre las convocatorias de subvenciones a ONG y el programa de jóvenes saharauis.
Otra área que necesitaba aliento, tras el agujero que le había cavado el Gabinete de Javier de Andrés en su borrador, era el euskera. Y con la alianza PP-PNV ha vuelto a respirar. Tendrá el mismo presupuesto que en 2013, una decisión que no permite avanzar pero tampoco retroceder en las políticas lingüísticas como pretendía el borrador popular con recortes de hasta el 25%. En total son 262.500 euros, de los que la partida más potente va destinada al programa de uso y sensibilización de la lengua vasca. No obstante, si hay en este capítulo una batalla que saben especialmente a victoria esa es la que dibuja el destino de Arabako Bertsolari Elkartea. El proyecto del Gobierno de Javier de Andrés había abofeteado los objetivos del colectivo al reservarle 10.000 euros en vez de los de 16.000 del ejercicio anterior y, posteriormente, Javier Maroto lo había rematado desde el Ayuntamiento al eliminar de cuajo los 50.000 hasta entonces recibidos. "No son conscientes del impacto que esto va a tener realmente. Las clases que se pueden perder, los alumnos...", lamentaba hace unos días su presidente. Por suerte, el PNV ha logrado que el PP dé su brazo a torcer. No sólo se mantiene la cuantía sino que sube 4.000 euros, para quedar en 20.000.
"Tras la prórroga era importante que nuestro territorio pudiera tener Cuentas en 2014. Pero ya lo decíamos hace un mes, no nos valía cualquier Presupuesto. Y tras un mes de negociaciones, podemos anunciar que tenemos un acuerdo muy satisfactorio", insistió González. El portavoz juntero, eso sí, rechazó que la alianza venga marcada por el entendimiento de ambas formaciones en Euskadi. "Sólo hemos negociado pensando en Álava", aseguró, "pero desconozco si la relajación o la mejor disponibilidad del PP ha tenido algo que ver con el clima generado en el Parlamento Vasco". Del mismo modo, desligó el pacto foral de lo que pueda suceder en el Ayuntamiento gasteiztarra. La historia, sin embargo, dice que la política juega a los cromos independientemente de la honestidad de los objetivos. De hecho, tras más de un tira y afloja, populares y nacionalistas pactaron en el Consistorio de Vitoria las ordenanzas fiscales y, ahora que sus colegas han hecho los deberes en la Diputación, han decidido sentarse a la meas para abordar el Presupuesto de la ciudad. Un nuevo capítulo para una nueva era de consensos.