Vitoria. Hay errores de cálculo que señalan y otros que sonrojan. Ayer, la estrategia del Partido Popular en las Juntas Generales de Álava se quedó a medio camino de ambas posibilidades. Empeñada en fomentar la confrontación para encarecer un hipotético acuerdo presupuestario con el PNV, la formación popular tiró ayer de repertorio para tratar de trabar la aprobación de una normativa auspiciada por los jeltzales llamada a desahogar la economía de los pueblos y municipios del territorio histórico. Sin embargo, el empeño, finalmente, se quedó en eso. La norma es ya realidad y el PNV se apunta réditos que fortalecen su posición en el ámbito político provincial y, por ende, en la negociación vigente para tratar de dotar de un proyecto económico al territorio histórico en 2014.

El proyecto normativo, liderado por el Partido Nacionalista Vasco, se presentaba ante el examen del Legislativo con apoyos concretos y previsibles rechazos, como el que se le presumía al PSE en los habituales mentideros forales. Tal circunstancia, de producirse, hubiera facilitado la táctica conservadora que busca la formación de bloques muy concretos y visibles en el hemiciclo foral -los votos de PP y PSE llegan a 25, a falta de dos de una mayoría absoluta-. Sin embargo, los socialistas se abstuvieron y la norma salió adelante sólo con el PP en contra -votaron a favor desde la bancada del PNV y desde las de Bildu y EB-. Táctica errónea, ya que, aparte de perder la votación, los populares salen marcados de ella por su empecinamiento con posturas difícilmente entendibles en las entidades locales menores del territorio histórico -municipios, concejos y cuadrillas- a las que, precisamente, la norma aprobada garantiza una bocanada de aire. De hecho, asegura la devolución de un montante de 12 millones de euros para la realización de obras en pueblos y municipios alaveses.

Aparte, la normativa era una de las líneas maestras impuesta por los nacionalistas para dar su a las Cuentas la Diputación (PP) para 2014. Tras lo acontecido ayer, la postura jeltzale en las conversaciones puede centrarse en otras consideraciones sin tener que ceder para lograr uno de sus objetivos esenciales. Es más, fuentes conocedoras de la negociación explicaban ayer a este diario que, a partir de ahora, los esfuerzos jeltzales se centrarán en lograr un pacto que garantice inversiones en el territorio y que atienda las necesidades de colectivos sociales, culturales o relacionados con el euskera y que se esfuerce en la generación de empleo. Todo ello gracias a que han logrado una de sus reivindicaciones fundamentales lejos de la mesa de negociación -por lo tanto, sin necesidad de transigir en otros intereses a cambio-, y a que ha logrado acercamientos significativos con Javier de Andrés en otra de sus peticiones. No en vano, el Ejecutivo del PP en la Diputación ha tenido que cambiar de postura respecto a invertir en el puerto seco de Arasur debido a la presión de sectores económicos de la provincia, que entienden que sólo una playa de vías para su uso por parte del Puerto de Bilbao salvaría el parque logístico de Rivabellosa. Así, lo que antes era una negativa tajante del PP a la infraestructura, ahora ya se centra en la cantidad a poner por parte de las arcas forales para garantizar su supervivencia.

Dadas las circunstancias, la negociación presupuestaria entre el Gobierno foral y el PNV está preparada para dar un nuevo salto desbrozados inconvenientes variados. Sin embargo, aún hay dificultades que amenazan las conversaciones. Sin ir más lejos, preocupa en ambas partes la posible aparición en escena de discursos victimistas en el seno del Ayuntamiento de Vitoria respecto a las consecuencias de la nueva normativa foral con la capital. En principio, es cierto que la legislación aprobada garantiza 12 millones a entidades locales menores y excluye a Gasteiz. Sin embargo, también es cierto que la docena de millones se detrajo del Plan de Obras y Servicios en el que la capital alavesa no participa porque ella misma puede generar recursos para tales menesteres. Sin embargo, de momento, todo ello no sale del epígrafe de futuribles.