Laguardia. Quizá no desprenda el glamour de Indiana Jones en la gran pantalla, pero el entusiasmo ante cualquier pequeña subvención hace que el equipo que dirigen José Ángel Apellániz y Javier Fernández Eraso, de la UPV, se ponga en marcha, haga el tiempo que haga, para tratar de recuperar la historia de Euskadi. Sin ir más lejos, el miércoles, con "un tiempo de perros", el equipo de arqueólogos al completo se arremolinó en el interior del dolmen de La Huesera, en Laguardia, para tratar de rescatar más restos de los antiguos pobladores de la zona, localizados en el corredor de entrada al monumento funerario, "para que la lluvia no destroce lo que hemos encontrado", ahora que está cerca el invierno.

Apellániz detalló que recuperaban los restos antropológicos del inicio del corredor del dolmen, que se habían quedado sin rescatar en la campaña de verano. Y como se acerca el invierno y el material óseo es sensible si está expuesto a la intemperie, prefieren rescatarlo y llevarlo al museo y al laboratorio para unirlo con el resto de esqueletos que recuperaron anteriormente. Así, durante el invierno seguirán con los estudios de los restos.

Este dolmen se ha convertido en uno de los más ricos en cuanto a hallazgos. En los años 40-50 José Miguel de Baradiarán, con Domingo Fernández Medrano, realizó las primeras excavaciones y ya entonces encontraron los restos de unos sesenta individuos. "En este momento hay 103", comenta Fernández Eraso. Apellániz explica cómo "con la intervención que estamos haciendo desde el año 2010 ya hemos estudiado completamente la cámara -el interior del dolmen- y lo hemos cubierto con una solera de cemento para que no se muevan las piedras y ahora estamos trabajando en el corredor".

Y aquí surgieron nuevas pistas. "No sabíamos si el corredor iba a tener también enterramientos o no. Se ha comprobado que sí que hay, que es un corredor largo, de más de cuatro metros y medio de longitud y que está, en su primer tramo, lleno de esqueletos humanos, de época Calcolítica, del Neolitico final hasta la Edad del Bronce, de hace 4.500 años hasta el 1.500 antes de Cristo, más o menos", añade Apellániz.

En próximas campañas se seguirá trabajando en el corredor perfilando los esqueletos, viendo los ajuares, los materiales que les acompañan, porque se les enterraba con algunos elementos de indumentaria personal, pero eso será al año que viene. "Este de ahora es un rescate puntual, dos semanas de trabajo organizadas para podernos llevar esos restos antropológicos".

Desde el calcolítico El dolmen de La Huesera es un monumento "muy interesante", no sólo a nivel estructural sino también por los restos materiales y humanos que están apareciendo. A pesar de que ya fue excavado en su día no estaba agotado y la sorpresa es que se han podido localizar el corredor, que en los años 40-50 Medrano y Barandiarán no lo encontraron, y para sorpresa y satisfacción, está repleto de esqueletos y materiales. "Con las analíticas que podemos hacer ahora y que no existían en los años 40 podemos lograr una serie de datos históricos muy interesantes. Esto dará muchos más detalles de lo que pasó aquí en esas épocas del Calcolítico".

El trabajo se ha centrado en los esqueletos, pero el año pasado surgió la sorpresa de encontrar la primera piedra tallada, que está siendo estudiada en la Universidad. "No hemos encontrado más -añade Apellániz-, porque nos hemos centrado en los esqueletos con quienes sí han aparecido arandelas talladas en hueso, elementos líticos en silex, como laminitas y algunas puntas de flecha, algunos fragmentos cerámicos".