amurrio. "Fui padre por convicción y cuando llegó el divorcio opté por negociar un acuerdo porque sabía de sobra que con mi mujer, entrara o no en un contencioso que me iba a suponer pagar en torno a 6.000 euros, no iba a tener nada que hacer -cuenta Luis, también presente en el debate sobre la custodia compartida celebrado esta semana en Amurrio-. Considera que la ley machaca al padre. Y lo explica de esta manera: en aquella mesa de mediación me sentí totalmente vendido, así que, por el bien de mis hijos, tragué con lo que me ofrecían y eso es lo que ahora tengo, ver a mis hijos unos días a la semana, y ni hablar de custodia compartida. Afectado por la situación, Luis recuerda que de eso hace ya tres años. Esta situación le llevó a implicarse en la asociación La Terraza, donde lucho con la esperanza de que, finalmente, la nueva ley me devuelva todos los derechos y obligaciones que considero que la paternidad conlleva".