El cementerio de Santa Isabel en el barrio de Zaramaga alberga una tumba que pasa inadvertida a los ojos de muchos gasteiztarras, pero que alberga los restos mortales de uno de los vecinos más ilustres de la historia de la capital alavesa. Un hombre de rostro y nombre desconocido para desdicha de su legado, pero con una vida tan rica y apasionante que muchos matarían por vivirla. La de Ignacio Hidalgo de Cisneros es una de esas historias que merecen ser contadas, y el histórico aviador y militar republicano ha encontrado ahora a un apasionado juglar en Mikel Donazar, director del documental Camarada General, que ayer se estrenó con éxito en el salón de actos de Dendaraba. Con el apoyo de EITB y la Fundación Aena, el autor de la obra fue incapaz de quitarse de la cabeza la figura de un hombre que falleció a los 70 años en su exilio de Bucarest tras haber luchado en la Guerra Civil, conocer personalmente a Stalin, advertir de la por entonces aún inminente amenaza del nazismo, emborracharse con Pablo Neruda, departir durante horas con Antoine de Saint-Exupéry, protagonizar un poema surgido de la mano del mismísimo Rafael Alberti, diseccionar España desde su espacio en Radio Pirenaica, participar en un fallido golpe de Estado contra Alfonso XIII o casarse con la primera mujer divorciada de la historia española. Todo eso, y más, sucedió en la vida de Ignacio Hidalgo de Cisneros como consecuencia de una decisión: abandonar su Vitoria natal para echar a volar lejos de su amado aeródromo de Lakua, donde compartió su pasión por las avionetas con otros jóvenes vitorianos en los primeros compases del siglo XX.

"Es un personaje con una vida extraordinaria e inabarcable, de esos a los que en otros sitios al menos le dedicarían una calle. Es un hombre al que, como a tantos otros, no se le ha valorado lo suficiente, y su reconocimiento se ha limitado a sus allegados y el mundo del comunismo", lamenta Mikel Donazar, autor del documental, de cien minutos de duración, en el que entre otros, entrevista a protagonistas como Santiago Carrillo, que conoció personalmente a Hidalgo de Cisneros, o los historiadores Ángel Viñas, Paul Preston y el ruso Boris Kovalev, que narra la vida de los exiliados republicanos en los gulag soviéticos.

Como todos los grandes personajes de la historia, el aviador alavés tiene en su haber luces y sombras que cincelan su ambivalente existencia. "Entre otras cosas fue el primer aviador que lanzó armas químicas contra población civil durante la guerra de Marruecos. Fue algo de lo que se arrepintió durante el resto de su vida", apunta Donazar, guionista también del documental junto a Victoria Alfonso. El propio Hidalgo de Cisneros recopiló todos los pasajes de su vida en una autobiografía que, como no podía ser menos, ocupa dos extensos volúmenes.

Por si fuera poco, este antiguo estudiante del colegio Marianistas unió su destino al de una mujer de trayectoria tan apasionante o más que la suya, su esposa, Constancia de la Mora. Además de ser la primera divorciada de España, la hija del presidente Antonio Maura fue responsable de propaganda de la República y se convirtió en amiga y confidente de la primera dama norteamericana, Eleanor Roosvelt, aunque tras compartir amistad y vivencias con ella acabó siendo repudiada al conocer Roosvelt las simpatías por el comunismo de Constancia.

guerra entre hermanos Por el camino quedaron largas conversaciones entre la pareja republicana e intelectuales como Ernest Hemingway, Robert Cappa o John Dos Pasos. Nacido en la calle Dato un 11 de julio de 1896, este vitoriano llegó a convertirse en el jefe de toda la fuerza aérea republicana. Como en otras tantas familias de la época, su pasión le llevó a convertirse en enemigo de su propio hermano, Francisco Hidalgo de Cisneros, primer capitán de la aviación de Franco. "Los dos hermanos se bombardeaban al mismo tiempo que intercambiaban cartas", incide Mikel Donazar, que narra cómo el protagonista de su documental quedó tan impactado por la esclavitud que reinaba en el Sahara que compró un grupo de esclavos para liberarlos del yugo de sus dueños.

Para el documentalista nacido en Pamplona, autor también de otra obra en recuerdo de Virgilio Leret -aviador fusilado en Melilla por los soldados sublevados contra la República- diseccionar la vida de Ignacio Hidalgo de Cisneros le ha permitido "comprender aspectos de la historia que antes no comprendía". "Descubres que la historia que te han contado estaba muy limitada, que tienes cuatro ideas de lo que fue el siglo XX y necesitas ampliar tu visión para adentrarte realmente en la historia", admite Donazar. Fallecido en la soledad de su exilio en Rumanía en 1966, a mediados de los noventa su familia consiguió repatriar sus restos mortales para que reposen en su Vitoria natal, cerca del aeródromo de Lakua que le vio crecer.