Vitoria. El Consistorio de Vitoria tendrá que solicitar al nuevo Gobierno Vasco una prórroga del convenio por el que las arcas municipales iban a recibir 1,5 millones de euros para realizar las nuevas rampas mecánicas del cantón del Seminario. Estos trabajos, aunque tramitados, no estarán ni mucho menos finalizados este año, como preveía este acuerdo, por lo que el Ejecutivo autonómico tendrá que conceder esta licencia -es un decir- al Ayuntamiento para que así pueda recibir esta partida.

Así lo desveló ayer el grupo municipal del PNV, que criticó la falta de actividad del equipo de gobierno en torno al Casco Medieval. El concejal jeltzale Gorka Urtaran recordó, durante una comisión municipal, que Vitoria ya ha perdido una partida de cinco millones de euros para el polideportivo de El Campillo -PP y PSE se culparon entonces el uno al otro de este agujero-, e insistió en que en este caso se debe a la "parálisis" del barrio en manos del Gabinete Maroto. "Causa sonrojo el dinero que se pierde por la inacción política", censuró el edil, quien incluso auguró que esa partida para las rampas puede acabar perdiéndose por esa "pasividad".

Las críticas del PNV a la falta de acción en torno a la almendra medieval viene de lejos. Tanto jeltzales como socialistas criticaron con dureza el acuerdo entre PP y Bildu para disolver la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica (Arich), y los jeltzales auguraron una falta de avances en torno a diversos proyectos del Casco. Las nuevas rampas eran uno de ellos.

La colocación de estos tapices, similares a los instalados durante la época Alonso en el cantón de la Soledad y en el de San Francisco Javier, se barajó casi desde un principio. Vecinos criticaron entonces que se instalaran unas escaleras para acceder a zonas turísticas del barrio y no para que los residentes del Casco y de Coronación pudieran, a través del cantón del Seminario -que se acababa de reformar en 2006-, llegar al ambulatorio. El proyecto se retomó durante la legislatura de Patxi Lazcoz, y en 2010 se anunció que el Gobierno Vasco destinaría los 1,5 millones de euros mencionados. Esta financiación, de hecho, fue una de las exigencias del PP a los Presupuestos vascos.

Sin embargo, los pasos para adjudicar por fin las obras no se dieron hasta la actual legislatura. Ya en noviembre de 2011 el Ejecutivo local desveló que las nuevas rampas serían de subida y de bajada, que no tendrían cubierta -tras los problemas de limpieza que arrastran las escaleras actuales- y que el objetivo era que estuvieran en funcionamiento tras el verano de 2013.

Pero esas previsiones se incumplieron. El Gabinete, como ayer confirmó el concejal de Promoción Económica, Fernando Aránguiz, tuvo que realizar una segunda convocatoria para adjudicar las obras porque las empresas no cumplían los requisitos marcados. Y el convenio por esos 1,5 millones se ha quedado viejo, porque esas obras no estarán listas para final de año. Aránguiz confió en que al menos sí hayan arrancado para entonces los trabajos, que estarían listos a lo largo de 2013 "con toda seguridad".

Y, mientras, habrá que solicitar una prórroga al nuevo Gobierno Vasco. En caso de que no haya acuerdo, el concejal avanzó que esta partida podría obtenerse del plan de fondos europeos Urban, que tiene un capítulo destinado a accesibilidad.