Vitoria. "En este contexto de crisis sabemos que estamos aprovechando todas las oportunidades" (...) "Vitoria es una ciudad optimista". Son palabras del alcalde en la apertura del Foro Civitas...
Hombre, habría que definir optimista, pero Vitoria es una ciudad que durante años ha hecho muchísimo, y si queremos tener una capital verdaderamente sostenible en el futuro, tenemos que trabajar, como ha hecho Gasteiz. Ha sido muy capaz de hacer cambios a nivel local y, además, en un momento de recursos económicos escasos, acceder a fondos, por ejemplo, europeos, que es otro modo de promocionarse hacia afuera.
Entonces, también comparte la idea de que 'el tiempo de crisis es tiempo de cambio'.
Exacto. Es que el origen de la palabra crisis es, precisamente ése: cambio; aunque la asociemos a efectos negativos. Estamos en un momento en que la tecnología tiene muchísimo que ofrecernos, pero hay que ser inteligentes y aprovechar también las herramientas que tenemos a nuestro alcance, algunas muy simples y baratas. Mirar qué podemos hacer para salir fortalecidos de esta crisis.
¿Y qué podemos hacer?
El cambio que Vitoria ha dado en apenas año y medio al pasar de la movilidad en coche a los desplazamientos a pie y en bicicleta ha sido brutal. No sé hasta qué punto, pero seguro que todavía queda mucho recorrido por delante. Por ejemplo, sería lógico en una ciudad así tener un sistema de bicicletas en la calle a disposición de los ciudadanos, que no sé si lo hay.
Lo había, pero la crisis...
También abordar el tema de los aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad.
Es evidente que el uso del coche se ha reducido, pero hasta qué punto por concienciación o por obligación.
Hay una parte que se ha producido por concienciación, luego, claro, a todo el mundo le duele el bolsillo, no es una acción voluntaria sino forzada. Pero deberíamos aprovechar la situación para que ese cambio sea positivo, para no retroceder e inducir a la población a cambios no sobre la base de una escasez de recursos financieros, no porque la gasolina esté por las nubes o suba la OTA, sino porque si seguimos metiendo coches en las ciudades, no nos movemos.
Necesitamos aparcar el coche, pero también utilizarlo.
Claro, no se puede erradicar, y no se debe, pero sí usarlo de forma más razonable. Tiene que ser un eslabón más de la cadena, utilizarlo cuando sea el modo más adecuado y eficiente para desplazarse.
Ya. Vitoria está ahora con la planificación de las 'supermanzanas'.
Lo sé. Viene a ser como una gran manzana, formada a su vez de varias manzanas más pequeñas, en la que el tráfico no puede cruzar por esas líneas centrales de la supermanzana, sino por las calles externas, a la vez que se reduce la velocidad en las vías centrales hasta prácticamente adecuarla a la de los peatones.
Vamos, recuperar las calles para los peatones.
Sí, porque al final ¿quién vive en las ciudades? Los ciudadanos. Y el tráfico nos roba espacio que podríamos utilizar para otras cosas, se trata de recuperarlo para quienes realmente viven en la ciudad.
Y se empieza por la 'supermanzana central', la más fácil. Habría que ser más ambiciosos.
Hasta donde yo sé, en Vitoria hay varias diseñadas, pero no está mal probar con un pequeño escalón y ver los resultados antes de pasar a los siguientes. Lo que sí es cierto es que el modo en que ahora se lleven a cabo estas actuaciones tendrá que ser diferente porque estamos en un momento de presupuestos muy ajustados; igual no se puede urbanizar una plaza entera como antes, sino simplemente colocar tres bancos de forma disuasoria.
La última medida ha sido reducir a 30 km/h la velocidad en varias calles para que coches y bicis compartan la calzada. ¡Se puede montar una...!
En este país nos falta cultura de la bicicleta porque hace mucho tiempo que desapareció de nuestra forma de movernos. En cualquier otro país de Europa central esto no ocurre; nos tenemos que acostumbrar a que el espacio es de todos, y eso significa respeto al más vulnerable, en este caso, el ciclista o el peatón.
Pero hasta alcanzar ese respeto, prima el miedo a ser atropellado.
Evidentemente, la bici asume un riesgo al circular por la calzada, pero es más moderado en una ciudad pequeña como Vitoria. Yo veo en Madrid a muchos ciclistas por la Gran Vía y, sinceramente, les admiro, porque se están jugando el tipo. Además, hacemos muy poco caso a todo lo relacionado con el casco, los reflectantes... Y son básicos para la seguridad de los ciclistas.
El peatón teme al ciclista, la bicicleta al coche, el conductor al peatón... Un lío.
Claro. En principio, si hay acera y carretera, lo normal es que por la acera vayan los peatones y los vehículos, incluida la bici, lo hagan por la carretera. En cuanto a lo de no respetar los pasos de cebra es muy nuestro, no lo he notado más en Vitoria que en otras ciudades, pero en otros países a nadie se le ocurre pasar cuando el semáforo está rojo.
Ciudades como Coimbra, Murcia, Nantes y Copenhague han expuesto sus experiencias y retos esta semana en el Foro Civitas. ¿Algo que le haya llamado atención?
No especialmente. Pero sí existe una problemática común que nadie sabe cómo afrontar: la distribución de mercancías en el casco urbano. Se le da mil vueltas, pero es un problema muy complejo, no tiene solución fácil, y es una asignatura pendiente. Nadie ha sido capaz de dar con una solución.
En Vitoria se quiere distribuir con carretillas eléctricas y vehículos pequeños. Y si sale bien construir un centro logístico.
En principio estos sistemas funcionan bien, pero sólo se han puesto en marcha en zonas muy concretas de las ciudades: en una supermanzana, en un barrio histórico... Pero todavía no hemos dado con una solución integral.
Ya. Y alguna aportación nueva en este congreso.
No he visto nada realmente nuevo.
Bicicletas, tranvía, desplazamientos a pie... Suena a una vuelta atrás en el tiempo.
Más que vuelta atrás es ser conscientes de que el modelo de ciudad concentrada es más sostenible que el disperso. Durante años nos hemos metido en un desarrollo de ciudad poco sostenible y hay expertos que llevan años advirtiéndolo. ¿Volver atrás? Creo que no. Movilidad sostenible no es retroceder al siglo XIX sino quedarse con lo bueno. "Para qué voy a estar metido en un atasco cuando puedo ir dando un paseo o en autobús". Nos complicamos la vida. Luego está quien defiende que, efectivamente, vivimos en una economía devoradora de recursos y de alguna forma hay que regresar a estándares de antes para que esto se pueda mantener.
Dígame una ciudad que envidie.
Ummm. Bremen (Alemania). En su día fue pionera, de las primeras ciudades que integraron el autobús, el tranvía, el pago con tarjeta, los coches compartidos... Recuerdo que entonces solía decir: Si viviera en Bremen, no tendría coche; realmente no lo necesitas y para un momento puntual siempre puedes alquilarlo. Después, a Bremen le han seguido otras muchas ciudades.
En definitiva, ¿por qué deben caminar las ciudades hacia una movilidad sostenible?
Porque es beneficioso para todos. Tenemos que cambiar el chip, la ciudad es el lugar donde vivimos y debe ser un espacio amigable. Como dice el alcalde de Coimbra, sigamos haciendo cosas, aplicando nuevas políticas de sostenibilidad, incluso con soluciones sencillas para las que no es necesario realizar grandes inversiones.
Y dejemos de complicarnos la vida.
Eso, dejemos de complicárnosla.