Vitoria. Fue el anterior gobierno popular, el del exalcalde Alfonso Alonso el que inició los trámites para derribar el viejo coso de Vitoria y levantar una nueva y moderna plaza de todos, con cubierta retráctil, llamada a convertirse en el segundo multiusos de la ciudad, tras el Buesa Arena. Y es el actual gobierno popular, el de Javier Maroto quien se ve obligado a invertir más y más dinero en un inmueble que, de momento, sólo sirve para acoger actos taurinos; ni conciertos, ni eventos deportivos o de ocio, como se pretendía. Un "fiasco" -en palabras de Bildu- que tiene responsables. "Este proyecto es un fracaso total, un saco sin fondo; se equivocaron y en lugar de reconocer el fracaso siguen metiendo dinero", denunció el portavoz de la coalición abertzale, Kike Fernández de Pinedo.
Y es que las medidas correctoras que el Ayuntamiento tiene que introducir en el Iradier Arena pasan por gastar, por ejemplo, 90.000 euros para lograr una acústica de calidad que permita programar conciertos. Otros 120.000 euros en mejorar el confort del edificio y adecuar el sistema de calefacción. Y 2.500 más para cumplir la nueva normativa de seguridad que obliga a emitir por megafonía mensajes programados de alarma.
Reformas de un edificio prácticamente nuevo que se sumarán a otras ya iniciadas como la capa de hormigón que actualmente se está echando para que dentro del recinto puedan celebrarse competiciones deportivas, según explicó el concejal de Urbanismo, Miguel Garnica.
A todos estos contratiempos hay que añadir el poco éxito que está teniendo entre los ciudadanos el aparcamiento del Iradier Arena, un parking, gestionado por la sociedad pública Tuvisa, semivacío la mayoría de los días, con un bajo nivel de ocupación, que apenas alcanza el medio centenar de vehículos. Otro quebradero de cabeza para un ayuntamiento al que, precisamente ahora, no le cuadran las cuentas, por la merma de ingresos.