Vitoria. La zona rural se siente discriminada por el Ayuntamiento de Gasteiz, el suyo, hasta cuando los planes que se abordan les afectan directamente. Del proyecto para convertir los Montes de Vitoria en parque natural, "no tenemos más información que la que ha aparecido en los medios de comunicación", lamenta la presidenta de la asociación de concejos del municipio, Miren Fernández de Landa. La última novedad es que se va a crear una comisión técnica interinstitucional para perfilar los límites del enclave y así poder aprobar en junio, de forma inicial, el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), último paso para obtener la máxima figura de protección. Pero a ese foro, por ahora, los pueblos no han sido invitados.
Eso no significa, en cualquier caso, que los concejos se vayan a quedar parados. "Vamos a recuperar la comisión de voluntarios que organizamos hace unos años para recabar datos, saber qué límites se están estudiando y cómo nos afectaría", explica Fernández de Landa. Por eso, hasta que no tengan toda la información y se vean capacitados para exigir formar parte del proyecto, prefieren no valorar qué supondría para ellos el parque natural. "Todavía no están las cosas claras. Y al mismo tiempo está el tema del fracking, que igualmente nos suscita muchas dudas", matiza la portavoz de la zona rural.
De Montes de Vitoria y fracking, en un mismo pack, también habló ayer Bildu. La coalición abertzale reclamó a la Diputación que vele por esta cordillera durante la tramitación del proceso de parque natural, defendiéndola de los peligros medioambientales que la acechan. Las declaraciones llegaron después de que la titular del área de Medio Ambiente, Marta Ruiz, se "hubiera limitado a decir" que habrá que identificar si la técnica del fracking -extraer el gas adherido en las rocas golpeándolas- es compatible con la propia protección de los Montes de Vitoria.
"No puede decir a las 24 horas de anunciar que en un año los Montes de Vitoria serán un parque natural que una técnica tan cuestionada como la extracción de gas mediante fracturación hidráulica podría tener cabida como actividad en ese espacio natural", consideró la juntera abertzale Lorena López de Lacalle. Según recordó Bildu, la propia Diputación reconoce que "los parques naturales son áreas no transformadas sensiblemente por la explotación u ocupación humana, identificables por la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, y que requieren, a fin de hacer compatible el aprovechamiento ordenado de sus recursos naturales y el uso público con la conservación o recuperación de sus valores ecológicos, estéticos o educativos, de una actuación preferente de los poderes públicos".
Es más, incluso entre las prohibiciones figuran encender fuego, cortar leña, circular con vehículos motorizados -excepto en los espacios autorizados-, abandonar cualquier tipo de basura o limpiar utensilios y vehículos en ríos, lagos y arroyos. "Si no se puede lavar los platos, ¿cómo se va a poder inyectar agua con productos químicos tóxicos?", se preguntó López de La Calle. Por ahora, no ha llegado la respuesta.