L A renovación del ascensor, la limpieza del portal, el ruido a deshoras, la colocación de la antena... La lista de problemas que se debaten en una comunidad de vecinos es larga y costosa. La de acuerdos unánimes y ventajosos, muy corta. Pero uno de esos habituales quebraderos de cabeza, la renovación de la fachada, se ha convertido en un punto de encuentro para los vecinos del Casco Antiguo. El Itinerario Muralístico de Vitoria-Gasteiz La Ciudad Pintada no sólo ha logrado renovar la almendra medieval, sino que además ha puesto de acuerdo a los portales, que ven en esta iniciativa artística una oportunidad para renovar sus casas y distinguirlas como destino turístico. La pared es un lienzo en el que cada vecino da su propia pincelada.
No en vano, este proyecto hace hincapié en la cultura participativa e implica a artistas profesionales, voluntarios, estudiantes, empresas y vecinos. El IMVG arrancó en 2007 en la plaza de las Burullerías y, durante este pasado verano, pintó nuevas fachadas en la calle Francia y el cantón de Anorbín. En conjunto, son ya ocho murales que componen un recorrido por el Casco y una iniciativa social asentada. Ya el año pasado se registró un hito en este proyecto: los propios vecinos de un portal en el cantón de las Carnicerías se acercaron hasta el IMVG para pedir un mural en su casa.
Ya sea sirviendo un café a los artistas, poniendo música o arrimando el hombro en el andamio, los vecinos pueden implicarse de distintas maneras. Pero todo parte de un intercambio sencillo: los propietarios ceden su fachada y, a cambio, reciben una obra de arte. Son los vecinos/mecenas. "Es un mecanismo de trueque. Ellos nos dan permiso para pintar un mural, y nosotros reparamos la pared, arreglando desconches y humedades. Nos encargamos de todos los permisos, seguros y costes. Y, después, el mural queda en propiedad de la comunidad, aunque la intelectual sea del IMVG", explican desde el Itinerario. Los vecinos, mientras, se tendrán que acostumbrar al paso de turistas mientras cuelgan la ropa. Cinco de estos ciudadanos cuentan sus recuerdos de este proceso, cómo se implicaron en estas labores y qué sensaciones tienen ahora que su fachada ha cobrado vida.
begoña fdez. molina y maite beitia
"Nos juntamos gente muy diversa para lograr un cambio. El Casco lo necesitaba"
Begoña Fernández Molina y Maite Beitia, vecinas de la calle Chiquita. recuerdan con cariño cómo, hace cuatro años, cobró forma el proyecto del Itinerario Muralístico. La plaza de las Burullerías, y en concreto la fachada de sus casas, fue la primera en ser decorada por este proyecto. Entonces todo era nuevo, pero ahora rememoran cómo, durante la reparación de la fachada, se tomaron un café subidas en el andamio. Viendo desde cerca cómo su casa cambiaba de cara.
Maite todavía no se cree que las hermanas Werckmeister, directoras del proyecto y del IMVG, le ofrecieran la posibilidad de pintar la pared. "Me hacía una ilusión tremenda participar. No tenía ni idea, pero me explicaron los pasos que había que dar y la experiencia me encantó".
"La pared estaba en muy malas condiciones, y justo apareció Brenan Duarte (artista y miembro del IMVG) con esta posibilidad. Ni me la pensé y presenté el proyecto al resto de los vecinos. Me pareció una oportunidad única para embellecer la fachada", cuenta Begoña. Ella, que es diseñadora gráfica, decidió implicarse desde el principio en el proyecto, desde la "incertidumbre" habitual cuando se empieza a pensar en cómo dar forma al mural hasta el clima de compañerismo en la escalera y el "gratificante" trabajo final. "Me acuerdo sobre todo del buen ambiente que había. De cómo se juntaron personas de diferentes procedencias y sensibilidades y, juntos, logramos este cambio. El Casco lo necesitaba".
norberto rodríguez
"Los vecinos ahora nos sentimos observados, pero en el buen sentido"
"Sólo vimos ventajas". Norberto Rodríguez, vecino de la calle Santa María, explica que una de las claves para que su casa formara parte del Itinerario fue que se trata de una comunidad pequeña, de apenas cuatro propietarios. Su decisión permitió pintar en 2009 en una fachada de 225 metros cuadrados, la que se ve desde el Jardín de Etxanobe y ahora se llama El triunfo de Vitoria.
La temática de la obra les sedujo desde el principio. "Quizá, de todo el recorrido de los murales, es la más ajustada a la zona. La más medieval". Este vecino, técnico de Radio Vitoria, no tenía ninguna experiencia en pintura, pero también se animó a participar en este trabajo, que dividió su fachada en retículas. "Yo me centré en mi metro cuadrado -pintó parte de una de las caras y del fondo del mural- y la verdad es que, donde los artistas veían una mano o un dedo, yo no sabía qué pintaba. No tenía esa perspectiva. Pero para eso estaban los profesionales, para controlar nuestro trabajo y ver que no metíamos demasiado la pata".
Y el resultado salta a la vista. A la de Norberto y de los turistas que, a menudo, pasean por la zona. "Nos sentimos observados, pero en el buen sentido. Igual estás en tu cocina, te asomas a la ventana y a la gente le hace gracia verte en medio de una obra de arte".
susana teruelo
"Es una experiencia que recuerda a las relaciones de vecinos de antes"
El cantón de Anorbín se sumó este año a los murales del Casco. Y su peculiaridad es que tuvo tanto directora -Michelle Angela Ortiz- como director -Iván García Bartolomé- y se centró en el tema de la igualdad. La obra, bautizada como La luz de la esperanza, tuvo además una inauguración especial, con una acción de calle en el propio andamio. La representación corrió a cargo de los actores Eduardo Hernando y Susana Teruelo, vecina además de esta casa decorada en la calle Zapatería. Un gesto más de la implicación vecinal en el IMVG.
"Es una experiencia que recuerda a las relaciones vecinales de antes", expresa. Para el proyecto se barajaron dos fachadas del entorno, pero esta comunidad de Zapatería decidió dar un paso al frente y pasarse por la oficina del Itinerario -ubicada en la calle Correría- para evidenciar su interés. Ahora ya son "el portal del mural". "Antes no había forma de que la gente diera con la casa. Como mucho, éramos el cantón del Iguana. Ahora basta con decir que somos el del último mural".
patxi viana
"El mural es una excusa más para reivindicar el carácter cultural de esta zona"
Patxi Viana se jubiló el pasado 1 de septiembre como director de la EPA Paulo Freire. Atrás deja 17 años como responsable de este centro de Educación Para Adultos ubicado en la calle Francia de Vitoria y la satisfacción de "haber logrado, junto a mis compañeros, llevar la educación para adultos a un nivel muy alto. Le hemos dado prestigio, ya no es una rama educativa residual". El Itinerario Muralístico también ha ayudado a poner en el mapa el Paulo Freire; desde este año, su fachada ubicada frente al museo Artium luce el mural ¿Qué haremos con lo que sabemos?, con claras referencias al mundo educativo.
Viana es un libro abierto al hablar de este proyecto. Él buscaba cómo decorar el centro para homenajear a la Green Capital y el Itinerario perseguía una pared que sirviera de bienvenida al Casco Antiguo, así que los dos objetivos se han dado la mano en este mural, que para Viana "es una excusa más para reivindicar este camino cultural que conforman infraestructuras como Artium, el Paulo Freire o Montehermoso". Si por el ex director hubiera sido, la pintura se habría extendido a todas las paredes del edificio. "No cabe duda de que este proyecto ha marcado un antes y un después en el centro". En el educativo y en el de la ciudad.