Vitoria. Cinco son las sociedades públicas del Ayuntamiento de Vitoria: Tuvisa, Amvisa, Ensanche 21, Arich y Gilsa. Cada una fue creada con un objetivo: gestionar el transporte urbano de la ciudad, prestar el servicio del ciclo integral del agua, impulsar la expansión urbana, revitalizar el Casco Viejo y promover la inversión industrial. Distintas funciones que dieron lugar a distintas estructuras. Algunas tienen una gran plantilla, otras son minúsculas, las hay que rebosan jefaturas, en otras abundan los empleados rasos... Eso sí, todas coinciden en una cosa. Lo mucho que le cuesta al Consistorio gasteiztarra mantenerlas. Sólo en sueldos devoran 17 millones de euros al año, con nóminas que en algunos casos superan a las del presidente de España. ¿Dinero justificado? No a juicio del alcalde, Javier Maroto, quien ayer desveló su intención de revisar esta red de arriba abajo. "No hace falta gastar tanto", reconoció.

La declaración de intenciones llegó sólo cinco días después de que este periódico publicara un reportaje que desvelaba la actual situación de las sociedades públicas, ajena a la época de vacas flacas. Ayer, Maroto afirmó que es "absolutamente necesario un replanteamiento de todas las sociedades públicas para ver si tenemos que mantener todas esas estructuras, con los mismos gastos en sueldos, alquileres, con el mismo personal, con las dietas de los consejeros...". Según dijo, una vuelta de tuerca permitiría dejar de gastar "varios millones de euros" al año. Al menos así ha sucedido en municipios que ya han abierto el melón, como Pamplona, que ha logrado un ahorro de 18 millones. "No sé qué cifra podríamos conseguir, pero está claro que sería alta, por lo que confío en que el debate que quiero iniciar con todos los grupos municipales dé frutos cuanto antes", subrayó el alcalde.

Como tantas otras veces desde que tomó la vara de mando, Maroto apeló al trabajo en equipo para iniciar la reestructuración. "Hay partidos que ya se han pronunciado al respecto, pero no me gustaría un consenso de la mitad más uno sino el más amplio posible", subrayó el alcalde. Él, en cualquier caso, ya tiene claro por dónde iniciar la readaptación. Según advirtió, con el paso del tiempo las necesidades han cambiado y hoy en día nos encontramos con algunas sociedades "sobredimensionadas". Puso como ejemplos Ensanche 21, un organismo con 18 trabajadores que "ya ha cumplido su aportación en materia de vivienda", o la Arich, con más jefes que empleados. En este caso, Maroto admitó que baraja no nombrar un nuevo gerente cuando se marche el actual, Gonzalo Arroita.

La reestructuración de estas dos sociedades permitiría fomentar Gilsa, que ahora sólo cuenta con dos trabajadores y en la que el PP ha depositado sus esperanzas para impulsar la recuperación del polígono de Betoño. "Hay que empezar a gastar mejor", resumió Maroto, quien ya ayer comenzó a ganarse cómplices. Bildu cogió el guante del alcalde al considerar "interesante abrir este debate" y planteó la necesidad de que las labores de Ensanche 21 y Tuvisa pasen a ser asumidas por el propio Ayuntamiento "en aras de una mayor transparencia". Eso sí, adelantó que "no vamos a consentir que se haga una macroempresa pública a la sombra del Consistorio".