vitoria. El BAI Center será recordado a partir de ahora como uno más de los numerosos proyectos faraónicos para Gasteiz que nunca se hicieron realidad. El alcalde, Javier Maroto, anunció ayer su decisión de paralizar las obras del palacio de congresos, exposiciones y la música de la plaza Euskaltzaindia, impulsado por el anterior Gobierno socialista, para "no arruinar la ciudad", lo que supone la primera medida de calado de la nueva legislatura por parte del líder popular. No habrá auditorio ni tampoco una versión reducida del mismo. Ni en Lakua ni, de momento, en otra ubicación. El puñetazo en la mesa del alcalde viene acompañado de otra consecuencia importante, porque Maroto pretende aprovechar el trabajo realizado hasta ahora en Euskaltzaindia en forma de enorme socavón para trasladar a este espacio la estación de autobuses proyectada en el parque de Arriaga, donde las excavadoras debían haber comenzado a trabajar a finales de junio. La moderna terminal llamada a sustituir a la estación provisional de Los Herrán emergerá, por tanto, junto a la sede principal del Gobierno Vasco. El alcalde pretende convertir en consensuadas estas medidas unilaterales en el consejo que el próximo martes celebrará la sociedad urbanística Ensanche 21.
Menos de un día después de advertir de que las cuentas del Ayuntamiento cerrarían el actual ejercicio con un déficit de 25 millones de euros si no se aplicaban recortes drásticos e inmediatos, Maroto dio cuenta ayer del más importante. Y lo basó en tres motivos: Que se trata de un compromiso recogido en su programa electoral, que el impacto del BAIC sobre las arcas municipales y la economía de los gasteiztarras habría sido mucho mayor de lo anunciado hasta ahora de seguir adelante y que los usos del equipamiento no podrían haberse flexibilizado modificando el contrato para así edificar una cosa distinta.
Según advirtió Maroto apoyándose en dos nuevos informes municipales, el exalcalde Lazcoz "ocultó los números reales" porque el coste del auditorio podría haberse elevado hasta los 200 millones de euros, 43 más de los previstos, debido a los intereses aparejados y el IVA, cuya deducibilidad total estaba condicionada a un modelo de gestión del equipamiento que todavía no estaba acordado. El mantenimiento del BAIC hasta que llegase a generar beneficios, según recoge uno de los informes, supondría además una carga adicional "indeterminada" sobre las arcas públicas que tendría "un efecto negativo en el ahorro neto, el equilibrio financiero, presupuestario y de estabilidad". Maroto advirtió de que no hubiese sido posible continuar con este proyecto sin subir los impuestos municipales un 60%. "Ni teniendo 50 ni 100 millones de financiación externa se podría hacer. En todo caso deberían darnos los 200", aludió el alcalde en referencia a los insuficientes apoyos económicos comprometidos hasta ahora desde otras instituciones.
Los siete contratos firmados hasta ahora por el Ayuntamiento para levantar la infraestructura, los más importantes con la UTE Ferrovial, Onaindia y Gesaltza -encargada de las excavaciones y la cimentación de los edificios- y el arquitecto Mariano Bayón, iniciarán mañana su recorrido legal hacia la extinción en el seno de la Junta de Gobierno Local, donde sólo tienen presencia los concejales del PP. Se llevará a cabo mediante desestimiento, la figura recomendada por la asesoría jurídica municipal, y la encomienda se trasladará de ahí a Ensanche 21. Maroto confía en que el martes la sociedad ratifique esta decisión por mayoría. "No se podía esperar más a tomar esta decisión", advirtió el alcalde, quien advirtió a su vez de que la UTE iba a comenzar hoy mismo a colocar las grúas en la parcela para elevar la estructura del BAIC.
La paralización de los contratos, según los cálculos del alcalde, acarreará el pago de distintas indemnizaciones en concepto de daños y perjuicios -para satisfacer el lucro cesante- que rondarán, en total, los dos millones de euros, muchos menos de los 17 estimados por los anteriores responsables municipales, a quienes acusó de calcular estas cifras "sin rigor".
9,6 millones Maroto también desmintió que ya se hayan gastado más de 30 millones en el BAIC y redujo esta importante cantidad a 7,6 millones para justificar su decisión. En total, 9,6 millones a la basura debido a la "obsesión" de Lazcoz por seguir adelante con esta infraestructura. "Soy el alcalde y tengo claro que ésta es la mejor opción, frente a pagar 200 millones de euros y subir los impuestos un 60%", insistió Maroto. El alcalde también desveló que tras mantener dos reuniones con el gerente del BAIC, José Ramón Villar, éste le trasladó que hasta el momento no había cerrado ningún contrato con espónsores privados ni para realizar eventos culturales concretos.
El traslado de la terminal de autobuses de Arriaga a Euskaltzaindia, demorará el inicio de estos trabajos, al menos, hasta el próximo año 2012, aunque el alcalde confía en que entre en funcionamiento antes de que finalice la recién estrenada legislatura. Maroto solicitará a los arquitectos municipales que adapten el proyecto a la nueva ubicación y advirtió de que no haber firmado todavía el contrato con la UTE encargada de los trabajos, San José-EBA, evitará al Ayuntamiento desembolsar otra indemnización millonaria. Será "mínima", derivada de los planos ya realizados.
La excavación de la plaza podrá emplearse para acondicionar el parking subterráneo de la estación, lo que reduciría el coste. Este cambio de rumbo no afectará, a juicio de Maroto, a la construcción de la futura estación de tren en Juan de Garay. Mantenerla ahí "sería la idea correcta", según Maroto, satisfecho por haber resuelto "tres problemas con una sola decisión": Solventar "la hipoteca" de la ciudad fruto del BAIC, llenar "el boquete" de Euskaltzaindia y solucionar el conflicto abierto con vecinos y ecologistas por el impacto que la estación de autobuses, a priori, iba a tener sobre el parque de Arriaga.