Vitoria. Construir la ciudad del siglo XXI no es sencillo y Vitoria bien lo sabe. Si el jueves el alcalde entonó el mea culpa por los errores de construcción cometidos en Salburua y Zabalgana al malgastar tanto suelo, ayer la clave del foro de urbanismo estuvo en cómo dignificar los barrios más desfavorecidos de una urbe. Un reto que el Ayuntamiento tendrá que afrontar a corto plazo reinventándose nuevos distritos donde ahora se levantan viejos edificios y aprovechando al máximo los escasos espacios libres que quedan en el corazón de la ciudad.
Los expertos reunidos ayer en el Palacio Europa coinciden en reivindicar el urbanismo y la arquitectura de calidad como fórmula para dignificar los barrios menos favorecidos. Un claro ejemplo de esta filosofía está en la ciudad colombiana de Medellín: tras 30 años de desigualdad, violencia y corrupción, consecuencia del narcotráfico, en cuatro años se eliminaron guetos, se conectaron unos barrios con otros evitando el aislamiento de los distritos por miedo y se levantaron bellos edificios en las zonas más humildes. El resultado: una ciudad del siglo XXI. Así lo resumió ayer Sergio Fajardo, ex alcalde y uno de los artífices de este exitoso proyecto convertido en un modelo a seguir.
tiempos difíciles Además de lo importante que el urbanismo puede ser para dignificar los barrios marginales de las ciudades, los expertos apuntan otro elemento clave: la cohesión social o lo que es lo mismo, el bien común por encima del interés personal. En este sentido, el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, señaló a Vitoria como una ciudad modelo de convivencia y sostenibilidad ambiental.
Pero no todo fueron halagos. Jáuregui auguró tiempos muy difíciles para las ciudades -no sólo para Gasteiz- y una reducción muy grande del gasto público si se quiere salir de la crisis. "No podemos endeudar a nuestros hijos y nietos con cantidades que algún día no podamos pagar", advirtió. De ahí que uno de los retos para la buena gobernanza de las ciudades esté en lograr su cohesión social gestionando de forma óptima el espacio público. Así, Laura Petrella, directora de asentamientos humanos en Kenia, destacó los beneficios sociales que proporciona el urbanismo ecológico.
El catedrático de Ciencia Política de la Autónoma de Barcelona Joan Subirats defendió la diversidad como factor clave para el desarrollo de las ciudades. Y el investigador de Ikerbasque Daniel Innerarity resumió a la perfección la idea que todos sus compañeros quisieron transmitir al afirmar que una ciudad inteligente no es aquella en la que la gente es inteligente sino la que responde a criterios de sostenibilidad, cohesión social y sabe anticiparse a los retos del futuro.
Las jornadas de urbanismo concluirán hoy con una visita de los ponentes al centro de interpretación de la naturaleza Ataria después de las ponencias.