Trabajan las horas que marca el convenio, pero ni cobran ni tienen los derechos sociales que establece ese acuerdo desde que el alcalde decidió cumplir a su manera el decreto-ley de Madrid para reducir el déficit público. Y aunque los funcionarios de Vitoria han accedido a recibir una nómina más baja, entre un 1% y el 5% inferior, no están dispuestos a quedarse sin su sueldo en el caso de caer enfermos. Más aún cuando, mientras tanto, los mismos políticos que meten la tijera a su status gastan el dinero de todos los contribuyentes "sin tener en cuenta la crisis". No obstante, son conscientes de que, en esta batalla que han sacado a la calle, el gabinete de Patxi Lazcoz tiene a gran parte de la ciudadanía de su lado. La imagen del funcionario como ese tipo privilegiado con puesto fijo y un tanto vago está muy arraigada. "Y el alcalde se está aprovechando de eso, por supuesto", lamentó Manuel mientras enfilaba la calle Diputación junto a sus compañeros.
"Seamos sinceros. El escaqueo se da en todos los ámbitos, tanto en las empresas privadas como en las empresas públicas. Además, nosotros hemos llegado aquí por méritos propios, estudiando. La gente debería entender, por tanto, que ahora sólo pedimos lo que es nuestro", matizó Isabel, funcionaria desde hace casi dos décadas. Martín escucha atento para, luego, poner la guinda. "Somos los Bomberos, la Policía, los trabajadores sociales, las educadoras, los limpiadores, los administrativos de esta ciudad... Ofrecemos servicios básicos y el ciudadano debería entender nuestra lucha. Sólo queremos que el Ayuntamiento respete nuestras condiciones para trabajar de la mejor forma posible", subrayó. "Además, ¡que los convenios están para cumplirlos! Y punto", subrayó una joven guerrera.
Los funcionarios se dejaron la garganta ayer en la marcha que arrancó en la plaza de la Virgen Blanca. Fueron muchas las consignas lanzadas, aunque algunas se repitieron especialmente, como "manos arriba, esto es un atraco", "no faltan dinero, sobran ladrones", "esta es nuestra lucha y Lazcoz no nos escucha" y, a modo de canción, "tenemos un alcalde que es un facha (bises) y un ladrón". Así llegaron los más de 600 trabajadores al punto de destino, el Europa, donde se celebró una asamblea a las diez y media de la noche para acordar nuevas medidas de protesta y donde al menos medio millar de personas se quedó a pasar la noche hasta las siete de la mañana. Hoy, toca volver al trabajo. Y más les vale que el frío suelo del polideportivo no les haya pasado factura.