Vitoria era ayer más de los vitorianos que nunca. El Plan Alhóndiga quiso desplegar todo su esplendor y, aunque el cielo no dio cuartelillo, don Sancho sacó toda su sabiduría para atraer a los vitorianos a su calle. No era para menos. Y es que ya desde lejos, los más pequeños se dejaban seducir por los encantos de los malabaristas y extraños personajes que tomaron la pérgola de la recién reformada vía.
"¿Dónde está mi bailarrina?", preguntaba un excéntrico mago llegado desde lejanos lugares. Y los niños le seguían en sus locuras mientras recogían aquí y allí una piruleta o un globo. Algunos despistados preguntaban de qué se trataba el asunto y una atenta señorita les informaba de la gran fiesta urbana que Gasteiz On y el Ayuntamiento habían sacado adelante para promocionar esta zona.
Mientras tanto, un par de turistas despistados y algo estrafalarios, una señora andaluza y un bebé eran perseguidos por los pequeños entregados a sus locos juegos, mientras esperaban que los bailes de ídolos como Hanna Montana o los Jonas Brothers fueran representados por los bailarines de las academias de baile Tarima y Traspasos.
"Me parece genial que hagan este tipo de cosas porque viene más gente y favorece a los comercios. Esto da vidilla a la calle y, a mí, me ha venido bien porque los payasos hasta me han limpiado los cristales", sonreía Amaia Sánchez, dueña de la pescadería Alhóndiga.
Muy cerca de ella, Edurne Gómez, del comercio textil La Luna de Pixka, también se mostraba encantada con la iniciativa. "Que hagan todas las fiestas que quieran. Está muy bien que potencien el comercio pequeño porque necesitamos ayuda. Además, con estas cosas, hay más ambiente, viene más gente que ve las tiendas y entra más", apuntaba.
Pero la calle Sancho el Sabio no centró todo el atractivo. Sin ir más lejos, en Ricardo Buesa un árbol de tres metros elaborado con globos provocaba el asombro general, mientras que el mago de la plaza Lovaina centraba la atención de quienes no podían resistir la tentación de descubrir sus trucos.
Y como no hay fiesta que se precie sin música, la mañana se animó a ritmo de jazz, mientras que la tarde fue tomada por el primer baile de invierno de la mano de Nacho DJ. Hoy sigue la fiesta.