Feedback. Retroalimentación. En el ámbito de la empresa, proceso de comunicación en el que un empleado recibe un análisis y valoración de sus actitudes, habilidades, virtudes y puntos de mejora. Crucial para las empresas, según las últimas investigaciones. Bien ejecutado, motiva, impulsa el desarrollo profesional del personal y, en consecuencia, aumenta la productividad de la compañía.

De la importancia de un buen feedback cuando un jefe, compañero, cliente... valora las acciones y actitudes laborales de un empleado o empleada es, precisamente, de lo que ayer habló la experta en liderazgo y coach de alta dirección María José Sánchez Yago, en el foro Álava Objetivo 2024, organizado por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en el Palacio Europa de Vitoria, ante un nutrido aforo de líderes empresariales de la sociedad alavesa.

Como experta en preparar a altos directivos, presidentes y CEOs para alinear equipos en torno a los retos que tiene que afrontar una empresa, Sánchez Yago ofreció algunas claves y pasos a seguir para lograr un buen feedback.

Ingeniera de Telecomunicaciones y licenciada en Psicología, la experta dejó claro que cuando hay vida en una organización, es responsabilidad de los líderes y empresarios mantener un ambiente que invite a la plantilla a quedarse; de lo contrario, el talento acabará yéndose a otro lugar. He ahí la importancia de un buen feedback. “El liderazgo transformador pasa por la capacidad de tener conversaciones nutritivas”, sostuvo. “Cuando hay valores básicos en la conversación, la conversación tiende a salir bien, y ahí es donde está la oportunidad”, añadió.

Por su dilatada experiencia en la gestión de equipos y asesoramiento a directivos para que ejerzan un liderazgo humanista, recomienda no pensar tanto en el tsunami que está por llegar de aquí a diez años, ahora que la tecnología avanza tan rápido, como en qué es lo que se va a mantener, lo que va a quedar. En su opinión: “Lo que nos diferencia como seres humanos”.

Receta mágica

A pesar de no tener la receta mágica para lograr un buen feedback, la ponente ofreció algunas claves al auditorio para lograrlo. En primer lugar, intención. “No se trata solo de decir lo que pienso sino de que quiero tener una conversación contigo porque me importas, porque es mi responsabilidad como líder apelar a lo mejor de ti para ver qué podemos construir juntos”, argumentó. Y en segundo lugar, centrar el tema a tratar.

“Conviene focalizar la conversación, tener muy claro de qué no voy a hablar y a dónde no voy a llevar la conversación”, detalló Sánchez Yago. “Os animo a digerirlo y experimentarlo”, emplazó al tejido económico presente en el palacio de congresos.

Así fue el foro Álava Objetivo 2024 organizado por DNA en el Europa

Así fue el foro Álava Objetivo 2024 organizado por DNA en el Europa DNA

Después, una vez centrada la conversación, ve conveniente que el líder aprecie con autenticidad lo que funciona, lo que la otra persona hace bien. “Así, la otra persona percibirá un colchón de seguridad, ya que el ser humano, cuando no se siente cómodo, tiende a ponerse a la defensiva”, apuntó quien ha trabajado con empresas, como Mapfre, Banco Santander, Telefónica, BP y Exoluma.

Además, recomienda a los directivos abrir un espacio de diálogo, observar el lenguaje gestual, preguntar la opinión al otro y tener el coraje de explorar algún territorio más, de preguntarle cómo se siente, qué puede hacer por él y cómo puede serle más útil. “Explorar esa parte es un ejercicio de liderazgo, ya que cuando veo lo que hay, puedo ayudar a mejorarlo”, afirmó.

Y de ahí, al paso más importante: qué hacer ahora, qué pasos seguir. “Si la persona está madura, esperar a que ella proponga; si, por el contrario, está dispersa, invitarle a realizar el siguiente movimiento. “Puedes ser duro con una persona, pero si le ofreces el camino a seguir, todo cambia, le tendrás motivado. Conversaciones como estas, hacen equipo”, entiende.

Y para concluir su intervención, Sánchez Yago dejó dos reflexiones sobre la mesa. Una, la importancia de un buen feedback no va tanto de tenemos que como de queremos. Y dos: sabiduría, lo que solo se puede saber con la práctica y, para ello, hay dos ingredientes fundamentales: coraje y confianza en uno mismo y en el otro.