Cuando surgió su idea allá por 2006, la mayoría del mercado fotovoltaico estaba enfocado a proyectos como meras inversiones financieras: las famosas huertas solares. A pesar de que los conceptos como transición energética y lucha contra el cambio climático empezaban a adquirir un mayor protagonismo, muchos aún veían en la energía fotovoltaica una manera de conseguir un beneficio rápido. Era un recurso de “marketing verde” y les hacía quedar bien de cara al público y las instituciones.

Pero el proyecto EKISOLAR nacía con un objetivo muy distinto. Fruto de la colaboración entre ARITU S. Coop. y José Ignacio Mendoza, este proyecto surgido en Aretxabaleta (Guipuzkoa) se centraba en la ingeniería especializada en sistemas fotovoltaicos en cubiertas industriales. Y lo hacía poniendo el foco principal en Euskadi y zonas limítrofes.

La visión de EKOSOLAR rompía con lo convencional de aquellos momentos, eligiendo de manera consciente y decidida una visión a largo plazo. En este sentido, el proyecto era pionero no solo por especializarse en cubiertas industriales sino también por centrarse en un mercado regional que parecía no andar muy sobrado de horas de luz. Eran una rara avis en un sector que, por entonces, primaba la visión cortoplacista.

En los últimos 17 años, el equipo de EKISOLAR ha sabido navegar las distintas fases de crecimiento de la empresa al tiempo que se adaptada a los cambios legislativos relacionados con las políticas energéticas. En este tiempo, el equipo ha crecido de manera considerable hasta llegar a las 40 personas entre ingenieros, gestores y colaboradores. 

Ekisolar se ha especializado en instalaciones fotovoltaicas en naves y suelo industrial Canva

Han ampliado también sus servicios. No se limitan a montar placas fotovoltaicas en empresas, también diseñan e instalan sistemas de gestión y control que mejoran la eficiencia y el aprovechamiento de esa energía. No se trata solo de generar energía sino también de saber exprimirla todo lo posible. Un valor añadido en todos los proyectos y servicios que dan a sus clientes.

Esa visión a largo plazo, también se refleja en los proyectos de innovación que EKISOLAR ha llevado a cabo en los últimos años, enfocados a mejorar la eficiencia energética en el sector primario. Gracias a la financiación de Gobierno Vasco, la empresa desarrolló un proyecto de I+D+I en tres queserías vascas: “Gazta ENERGY”. El propósito era estudiar el consumo y las necesidades energéticas de estas instalaciones e implantar todas las mejoras posibles en la gestión y el aprovechamiento de la energía. 

Pero no han sido el único proyecto de innovación. También han participado en Itzulbide, financiado por IHOBE, cuyo objetivo era facilitar el aprovechamiento de pabellones empresariales y suelos recuperados de vertederos para la instalación de paneles fotovoltaicos. Un segundo proyecto a destacar es Ekomanager, una nueva herramienta que permite hace una monitorización de la gestión medioambiental y energética aplicable a cualquier sector de actividad. Y sin dejar el campo de la innovación, EKISOLAR también ha participado con Motor Stirling, en el proyecto Elurgai que busca una estación autónoma redundante de generación en entornos aislados.

Ekisolar busca optimizar la energía fotovoltaica de sus instalaciones Canva

La apuesta de EKISOLAR se ha visto reflejada en las más de 500 instalaciones, la mayoría en industrias, hasta la fecha. Una actividad que ha crecido y se ha expandido a comunidades energéticas de Euskadi (tanto rurales como urbanas) y a las que, además, les proporcionan soporte administrativo y servicio de mantenimiento. ¿El objetivo? Cerciorarse de que tanto la producción como la rentabilidad de las instalaciones sean las esperadas. Un buen mantenimiento es la clave de la rentabilidad.

En EKISOLAR son conscientes de que la verdadera esencia de la empresa radica en su equipo humano, su compromiso y valores. No se centran solo en la promoción “verde”, buscan una revolución energética basada en la eficiencia energética, la generación limpia y un uso inteligente de la energía, siempre con consciencia de su impacto ambiental. Su meta: que las relaciones con sus clientes duren los mismos 25 años que duran sus instalaciones.