Leer correctamente el presente es el mejor modo de anticipar el futuro más próximo. Pensando en Vitoria-Gasteiz, en los pasos que venimos dando, en las oportunidades que hemos sabido aprovechar y los retos que se nos plantean, ese futuro cercano no puede ser más prometedor.
Lo digo muy consciente del momento que estamos viviendo, en el que se ha puesto a prueba nuestra capacidad de afrontar circunstancias negativas e imprevisibles. En poco tiempo se han superpuesto varias crisis: la sanitaria, la de suministros, la generada por la invasión de Ucrania, la energética, la climática, la del alza de precios... Cada una se ha convertido en un test que nuestra ciudad viene superando con nota. Porque frente a la sucesión de cambios y a la incertidumbre que pueden generar, podemos presumir de fortalezas que consolidan nuestro modelo de ciudad. Y una de ellas es la que nos llega desde Europa.
Somos una de las pocas ciudades del continente que participan en dos de las cinco misiones impulsadas por la Unión Europea para hacer frente a los complejos desafíos sociales que se nos plantean de aquí a 2030. Tener protagonismo entre las 100 primeras ciudades climáticamente neutras en carbono y ser uno de los 150 municipios y regiones elegidos por Europa para abordar procesos de adaptación al cambio climático son dos logros tremendamente significativos.
Europa también como fuente de oportunidades a través de los fondos Next Generation. A estas alturas ya hemos recibido más de 20 millones de euros de financiación extraordinaria para acometer proyectos valorados en 32,6 millones de euros. Son proyectos de transformación y modernización para abordar retos que no solo implican a la ciudad, sino también al continente y el planeta. Proyectos, como he señalado en varias ocasiones, que simbolizan un tren al que necesariamente tenemos que subirnos para no quedarnos atrás.
Está llegando desde Europa una inyección económica sin precedentes a la que ahora se suman los más de 25 millones de euros que va a aportar el Gobierno Vasco para la rehabilitación integral urbanística y social de Zaramaga. Se trata de fondos con los que podremos acometer la eco-rehabilitación de cerca de 500 viviendas en clave de accesibilidad y eficiencia, la mejora del espacio público con soluciones basadas en la naturaleza o la puesta en marcha de nuevos recursos sociales, entre otras acciones. Inversiones, en definitiva, para que Zaramaga viva mejor y encabece la transformación que planteamos para nuestros ecobarrios.
La ciudad avanza en clave sostenible y el gran reto de los próximos meses y años es vincular las políticas medioambientales a la competitividad económica. Nuestra faceta más identificable, la que nos ha reportado múltiples reconocimientos en el ámbito internacional, es la que asocia las políticas medioambientales con el bienestar. La ciudad verde como un espacio donde el urbanismo a escala humana, la movilidad sostenible, los servicios de cercanía y tantos otros factores nos han convertido en referente indiscutible en calidad de vida.
Nuestro siguiente paso tiene que ser el que nos lleve de la ciudad verde a la economía verde. Economía basada en la descarbonización de los actuales procesos productivos atrayendo nuevos proyectos innovadores. Planteamos proyectos que vinculen la gestión de nuestros residuos o la configuración del espacio público a la obtención de nuevas fuentes energéticas, proyectos que nos permitan liderar el sector de la construcción sostenible, proyectos que nos hagan ganar protagonismo en una movilidad eléctrica cada vez más presente en nuestras vidas,… Vitoria-Gasteiz reúne las condiciones óptimas para dar ese salto y si somos capaces de acompasar el desarrollo de la economía local y el de la propia ciudad avanzaremos hacia un núcleo de gran competitividad en el ámbito económico.
En esa competitividad es indiscutible el papel relevante de empresas tractoras como Mercedes-Benz Vitoria, en la que se suman circunstancias que invitan el optimismo. El acuerdo con la plantilla para sacar adelante un nuevo convenio, el acuerdo con las instituciones para impulsar proyectos innovadores, el acuerdo con el propio Ayuntamiento para que se pueda ampliar y consolidar la factoría, todo ello unido al ecosistema industrial que acompaña a empresas como ésta o Michelin les hace profundamente atractivos ante la transición del modelo económico que ya está llegando.
Generar mejor empleo, hacer una ciudad más atractiva y moderna, luchar contra el cambio climático, objetivos que se resumen en uno: vivir mejor. No hay mayor aspiración ni mejor empeño pensando en la Vitoria-Gasteiz del futuro.