- Salah Abdeslam, el principal de los acusados que comparecen desde ayer en el juicio por los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis que dejaron 130 muertos, declaró al comienzo de la audiencia que es “un combatiente del Estado Islámico”. Cuando el presidente del tribunal, Jean-Louis Periès, le preguntó cuál era su profesión, el joven franco-marroquí explicó que había abandonado todo trabajo “para convertirme en combatiente del Estado Islámico”.

Previamente, cuando el juez le había indicado que se levantara para dar su identidad, el único superviviente de los comandos que perpetraron los atentados señaló que antes que nada quería decir que “no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Abdeslam, que tiene 31 años, fue el primero de los 14 acusados presentes en el Tribunal de lo Criminal de París (hay otros seis juzgados en rebeldía, cinco de los cuales se cree que están muertos) en ser interrogado sobre su identidad.

Las tres jornadas del proceso de esta semana se van a dedicar a la presentación de los encausados y a la organización de las audiencias, con la convocatoria de las víctimas que se han constituido en acusación particular. También a la lectura de un resumen de un sumario en el que se han acumulado 542 tomos con alrededor de un millón de páginas. Habrá que esperar al lunes próximo para que comparezcan los primeros testigos, investigadores de la policía y de los servicios antiterroristas.

Luego se sucederán durante cinco semanas los testimonios de supervivientes antes de que, en noviembre, den cuenta de su actuación responsables políticos, empezando por el entonces presidente del país, François Hollande, y el que era su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

En diciembre será el turno de familiares de algunos de los terroristas que se suicidaron mientras cometían los ataques o que fueron abatidos por las fuerzas del orden.

Entre enero y marzo llegará el de los que van a comparecer durante estos nueve meses ante el tribunal, incluido Salah Abdeslam. Estarán ausentes otros seis, cinco de los cuales se presume que están muertos, como Oussama Atar, al que los instructores consideran el que ordenó los atentados y el único que, en consecuencia, está inculpado por el cargo de dirección de una organización terrorista.

La Justicia francesa ha puesto medios sin precedentes, empezando por la construcción de una sala de audiencias especial con capacidad para 550 personas en la que excepcionalmente se grabará todo el proceso ya que la toma de imágenes está prohibidas en los juicios.