- A tres días de la primera vuelta de las elecciones regionales francesas, partidos y candidatos intensificaron ayer sus campañas ante el temor de la abstención récord que vaticinan varios sondeos.

El presidente Emmanuel Macron reanudó su gira por varias regiones francesas, no tanto para hacer campaña por sus candidatos, sino para centrarse en los grandes temas que busca desarrollar su Gobierno. Macron viajó a la región Norte de Francia oficialmente para promover la lectura, aunque a nadie se le escapa que esa es una de las regiones más disputadas por su formación (LREM) frente a la ultraderecha de la Agrupación Nacional (RN) y a la derecha conservadora de Los Republicanos (LR).

El jefe del Estado aseguró a su llegada que no está “interfiriendo en la campaña”, sino que está cumpliendo su mandato, que no expira hasta dentro de un año. “La situación del país requiere estar completamente movilizado”, recalcó. Sin embargo, el presidente de esa región y aspirante a candidato presidencial el año próximo por LR, Xavier Bertrand, acusó a Macron de lanzarse a la arena electoral y le pidió “que lo reconozca claramente” por “respeto a los franceses”, dijo en declaraciones a la emisora France Info.

Tanto Bertrand como el número dos del RN y aspirante a dirigir el Gobierno regional de la región Isla de Francia (donde está París), Jordan Bardella, coincidieron en acusar al Gobierno de hacer electoralismo con el final, ayer mismo, de la obligatoriedad de uso de la mascarilla en el exterior y del toque de queda el próximo domingo. “Es difícil no ver un vínculo” entre estos anuncios del Gobierno y las elecciones, afirmó Bardella a la radio RTL. Mientras tanto, el papel de principal defensor del Gobierno en la campaña le corresponde al primer ministro, Jean Castex, quien ayer visitó tres regiones.

El pasado miércoles, Castex urgió a una movilización popular para frenar el avance de la ultraderecha: “La Agrupación Nacional no ofrece soluciones a nuestro país”, afirmó el jefe del Ejecutivo en un acto electoral en la región Centro-Valle del Loira. “Tiene que haber una movilización desde la primera vuelta”, insistió.

Diversos sondeos publicados esta semana apuntan a que podría haber una abstención récord -solo un 36% estaría seguro de ir a votar, según una de las encuestas-, después de que en las municipales de 2020 solo un 45% acudió a las urnas.

El RN de Marine Le Pen encabeza los sondeos de intención de voto en seis de las trece regiones de la Francia metropolitana. En la segunda vuelta, las alianzas entre las demás formaciones podrían evitar que el RN consiga varias de esas regiones, por lo que la batalla está por lograr el segundo lugar. Aún así, la ultraderecha está más cerca que nunca de lograr gobernar alguna región del país, y la importante Provenza-Alpes-Costa Azul es donde tiene más posibilidades.

Estos comicios tienen lugar menos de un año antes de las presidenciales del año próximo, por lo que partidos y analistas las observan como un anticipo de lo que se prevé como un duelo entre Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, que repetirían en la segunda vuelta su batalla de 2017.

Una encuesta publicada ayer en el Journal du Dimanche señalaba que un 51% de los franceses consideran que una victoria del RN en alguna región no sería una amenaza para la democracia francesa. La cifra está muy lejos del 80% que hace pocos años creía que ese partido, anteriormente Frente Nacional , era una amenaza para la democracia.