Lucas Candido, un joven de 27 años, ha denunciado haber sido agredido e insultado por una pareja que le había alquilado una habitación. Según explica el agredido a Grupo Noticias los hechos ocurrieron sobre las siete de la tarde del pasado 1 de noviembre, en un piso ubicado en el barrio de San Ignacio de Bilbao.

Candido se encontraba realizando la mudanza de sus pertenencias al piso que había arrendado cuando sorprendió en su habitación a la pareja con la que había cerrado el contrato de alquiler: "Cuando entré y les vi con mis cosas, rebuscando entre mis efectos personales les increpé. Fue entonces cuando me empezaron a asestar golpes, puñetazos y me dieron en el ojo. Me empezaron a llamar maricón, que no querían que personas como yo viviesen ahí", relata Lucas, estudiante de criminología.

Ante lo que le estaba sucediendo, Lucas llamó a la Ertzaintza que se personó en el lugar y, según explica el denunciante, lograron realizar la detención de las dos personas ?un hombre y una mujer de mediana edad?.

Lucas acudió al hospital donde le atendieron por la agresión. "Me han dicho que el ojo tengo bastante mal, pero emocionalmente no me siento mejor", confiesa. Lucas confiesa sentirse no solo dolorido por los golpes que le asestaron, sino también engañado y estafado por una banda que se dedica a alquilar pisos con DNI falsos. "Los estafadores deben ser viejos conocidos de la policía. Alquilan habitaciones con otra identidad y luego se dedican a hacer la vida imposible para echar a los inquilinos de la casa", relata Lucas.

Las pertenencias de Lucas siguen en esa habitación y ha quedado con la Ertzaintza para regresar, custodiado por varios agentes, al piso. "Desconozco si esa pareja que se presentaron con una identidad falsa viven ahí o no. Solo sé que mis cosas se quedaron ahí y las tengo que recuperar". Lucas depositó una fianza de 320 euros y pagó a los presuntos estafadores el alquiler de un mes.

Lucas se encuentra ahora intentando buscar un sitio donde vivir: "Me están ayudando las trabajadores sociales del Servicio municipal de Urgencia Sociales a las que les estoy muy agradecido por la atención, así como a la Ertzaintza, que en todo momento han sido muy amables conmigo".

El denunciante asegura que pese a lo sucedido ha tenido suerte porque ni si quiera había empezado a vivir en esa vivienda. "No quiero que esto le suceda a otra persona y por eso lo quiero contar. Los vecinos del edificio han dicho que no pueden más con esta situación... Es muy grave que ocurran estas cosas", concluye el joven denunciante.