El diputado general, Ramiro González, y el diputado de Políticas Sociales, Emilio Sola, han visitado este lunes el centro de día Landaberde para conocer el trabajo diario que se realiza en las instalaciones, y también a los usuarios y usuarias.

Este centro, que en la actualidad alberga a 30 personas con autismo en grupos de 15 cada semana (el 50% de los usuarios) para hacer frente a las medidas del covid-19, retomará su actividad habitual al 100% de aforo el 1 de junio, dado que se ha vacunado completamente tanto a los usuarios como a los profesionales.

Durante la visita, en la que de la mano de la gerente de Autismo Araba, Natalia Rojo, y la directora del centro, Ainhoa Echeveste, han conocido las diferentes aulas y talleres -además del jardín en el que hacen labores de horticultura-, han podido hablar con algunos de los usuarios.

Tercer sector

“La Diputación lleva décadas trabajando con el tercer sector. Este año 2021 van a ser más de 25 los millones de euros que se van a destinar a estos proyectos de colaboración público-privada y de colaboración con el tercer sector”, ha señalado González, al tiempo que destacaba que “entendemos que la mejor manera de tener unos servicios sociales como son los alaveses de extraordinaria calidad, necesitamos esa colaboración”.

El diputado general ha destacado que durante la visita les han trasladado la preocupación que hay en el colectivo de familiares de personas autistas por el “incremento importante que se produce de diagnósticos de autismo. Es una realidad que tenemos que asumir y aceptar, que nos va a obligar a tomar las mejores decisiones para atender a todas las personas desde la premisa de la integración”.

En ese sentido, Rojo ha explicado que la asociación Autismo Araba no es solo el centro de día. La asociación atiende a familias desde que llega el diagnóstico y a lo largo de la vida del usuario. “Trabajamos con la unidad de psiquiatría infantil de Osakidetza todo el espectro en función de las necesidades del usuario”.

Un año "especial"

2020 ha asegurado que ha sido un año “especial por pandemia”, porque ha sido un colectivo “con unas necesidades especiales que han sufrido mucha involución en parte de su trastorno, y en el que las familias han necesitado de una forma especial que estuviéramos detrás”.

En la memoria que han remitido a la Diputación Foral de Álava han recogido que 300 familias han sido atendidas en ese periodo, en ese año 2020. “Niños desde 2 años que van al aula de dos años y ya se detectan las primeras alarmas. Entran en la asociación y luego entra llega el trayecto”, resume Rojo.

“El colectivo no deja de crecer; y lo bueno es que se diagnostica antes y se empieza a trabajar antes”, ha añadido además, porque para que una familia tenga derecho a un recurso tiene que haber un diagnósitco. Además, solicita que no se juzgue.

“Cuando vas en el tranvía y un chaval se pone a gritar, no juzgar. las familias están hartas de dar explicaciones. Hay que tener una comprensión y una visión más amplia de lo que hay, porque el autismo es una discapacidad muy invisibilizada”, reconoce.

Empleabilidad

Además del centro de día, también están las unidades prelaborales Orhy y Roncesvalles. Son dos pisos próximos al centro de día, con una capacidad de doce plazas que trabajan con personas con autismo con menor intensidad de apoyos y con el objetivo de una posible inserción laboral.

De salidas de empleo también ha hablado el diputado de Políticas Sociales, que ha señalado que se podría hacer que algunas empresas hagan de punta de lanza en materia de contrataciones. Rojo apunta a que hay que hacer un trabajo de concienciación social, que las entidades tienen que ver que “no se trata de contratar discapacidad porque lo marca la ley, sino que nos impregnemos de que es una responsabilidad social. Eso me parece bien, que haya empresas que empiecen a apuntar por eso porque muchas veces es el efecto rebote”.