- El Gobierno Vasco se da de plazo hasta 2030 para reducir en un 30% los residuos industriales que genera y para aumentar la recogida selectiva hasta el 85%, de forma que únicamente el 15% de los residuos acaben en los vertederos. De esta forma, el Ejecutivo vasco rechaza la construcción de un vertedero de residuos industriales para el conjunto de Euskadi y apuesta por adaptar y ampliar las infraestructuras ya existentes.

Así lo anunció ayer la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, quien presentó las principales directrices del Plan de Prevención y Gestión de Residuos en el que está trabajando el Ejecutivo de Urkullu, que requerirá de una inversión de 97 millones y marcará la estrategia a seguir en esta materia hasta 2030. Tapia celebró ayer un encuentro telemático con los responsables de las tres diputaciones forales, dando así inicio a la tramitación del plan, que arrancará con el proceso de participación pública que tendrá lugar en los próximos meses.

Según explicó la consejera, el objetivo de este borrador es avanzar en la economía circular de estos residuos, de forma que puedan volver a emplearse para fabricar nuevos productos, favoreciendo así la lucha contra el cambio climático. Recordó, asimismo, que se trata de un anteproyecto "completamente alineado" con la estrategia de economía circular de Euskadi, así como con las directivas europeas de gestión de residuos y el Green Deal (Pacto Verde) europeo.

En función de los datos desgranados por Tapia, en 2018 se generaron en Euskadi un total de 6,1 millones de toneladas de residuos, lo que supone un descenso del 4% con respecto a 2010. De estos, el 55% fueron residuos no peligrosos, el 20% residuos de construcción y demolición, un 20% residuos municipales y un 5% residuos catalogados como peligrosos.

Actualmente, la tasa de estos desechos que acaba en el vertedero es todavía muy alta (37%), mientras que el 57% se recicla, el 6% se valoriza energéticamente y menos del 1% se prepara para su reutilización. Por ello, el Plan de Prevención y Gestión de Residuos contempla mejorar los resultados, minimizando el vertido y resolviendo así la deficiencia de infraestructuras de vertido existentes en la CAV y, al mismo tiempo, generar un mercado "estable y seguro" de los materiales secundarios que resulten del tratamiento de estos residuos.

Para ello, la consejería que dirige Tapia propone, con vistas a 2030, reducir en un 30% los residuos que se generan en Euskadi, alcanzar un 85% en la recogida selectiva de los residuos urbanos; reutilizar el 85% de los residuos no peligrosos convirtiéndolos en materiales secundarios, limitando al 15% la valorización energética de estos; y reducir a menos de un 15% la eliminación de estos desechos en los vertederos.

A fin de lograr estos retos, el Gobierno Vasco contempla, entre otras acciones: la activación de inversiones prioritarias que minimicen el vertido y fomenten la reutilización de residuos en forma de materiales secundarios; garantizar la autosuficiencia de vertido de Euskadi hasta 2030, y de forma paralela, minimizar el vertido como opción final para los residuos; realizar desarrollos legislativos en materia de residuos; activar un canon de vertido e incineración de residuos en línea con la legislación estatal, bajo la premisa de que no puede resultar más barato verter un residuo que reciclarlo; incrementar los recursos de inspección y sanción para garantizar la adecuación de las instalaciones de gestión de residuos y su buen funcionamiento; crear una instalación público-privada de almacenamiento intermedio y control de calidad de áridos, tierras y otras materias primas secundarias, que permitirá, entre otras cosas, un mayor control de los materiales destinados a la reutilización; apoyar soluciones definitivas para los residuos plásticos que eviten su eliminación en vertederos; fomentar la compra pública y privada verde de materiales secundarios procedentes de residuos prioritarios; trabajar en la prevención y el fomento de la reutilización y el reciclaje de alta calidad de envases; y elaborar en colaboración con las diputaciones y Osalan, un plan para la recogida y gestión del fibrocemento estructural desmantelado y que esté en manos de la ciudadanía.

Con respecto a la necesidad de infraestructuras para el tratamiento de estos residuos, Tapia confirmó que el Gobierno Vasco no contempla la creación de ningún nuevo vertedero, así como tampoco la construcción de una nueva planta de valorización energética. Por contra, aboga por "autorizar mejoras y ampliaciones" en los vertederos públicos y privados ya existentes, así como la transformación de vertederos de inertes para que acojan residuos no peligrosos.

En este sentido, apostó por que se produzca un "cambio de paradigma" en el concepto actual de vertedero y transformarlos en "depósitos perfectamente definidos" que sean utilizados "exclusivamente por aquel material que actualmente no tiene una solución tecnológica para ser reutilizado". "La idea es que se puedan depositar aquí hasta que sí se puedan valorizar", añadió.

El plan del Gobierno Vasco es adaptar vertederos ya existentes, como Epele o Gardelegi, y no crear nuevas infraestructuras