- Euskadi pretende iniciar la campaña de vacunación lo antes posible para evitar la tormenta perfecta, es decir que al pico de la gripe estacional se le sume una nueva oleada de coronavirus. El año pasado, arrancó el pasado día 14 de octubre, dos semanas antes que la mayoría de las autonomías. Sin embargo, el reto no consiste solo en adelantar la temporada, sino en saber cuánto hay que hacerlo para que la inmunización resulte realmente eficaz.

En 2017, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades norteamericano analizó los datos de las cuatro temporadas previas de gripe y concluyó que “se observa una disminución en la protección de la vacuna contra la gripe en todos los tipos y subtipos conforme aumenta el tiempo desde la vacunación”. De hecho, los estudios establecen que la efectividad de la vacuna se pierde a los 119 días.

Adelantar la inmunización permitiría reducir el número de personas que sufran la enfermedad y por tanto permitiría contrarrestar el número de cuadros compatibles con el coronavirus y daría menos problemas para identificar covid y gripe”. Sin embargo una campaña anticipada también tiene efectos secundarios no deseables. Como recuerda Fernando Simón, el director del Centro de Emergencias, “la vacuna debe cambiarse cada año porque el propio virus varía con modificaciones genéticas. Esas modificaciones se producen durante los periodos entre epidemias, pero también a lo largo de la epidemia y esas variaciones puede hacer que la vacuna podría ser eficaz en un primer periodo, pero no luego”.