Los alcaldables de Barcelona han confrontado en la precampaña de las elecciones municipales distintas posiciones respecto a las actuaciones urbanísticas presentes y futuras, y también respecto a medidas concretas para definir la movilidad de la capital catalana.

En sendas entrevistas de Europa Press, los candidatos han argumentado sus propuestas urbanísticas y de transporte, con planteamientos que van desde reducir carriles de circulación y aumentar el verde urbano sin afectar a la movilidad, hasta impulsar medidas de electrificación del parque de vehículos privado y público para reducir la contaminación.

Lo plantean a las puertas de unas elecciones que llegan tras un mandato marcado por reiterados debates sobre el modelo de pacificación de la alcaldesa Ada Colau, los ejes verdes articulados en 'supermanzanas', y sobre los cuales los oponentes políticos de BComú difieren en si hay que detenerlos, revertirlos o paliar sus efectos.   

Con Janet Sanz al frente de las transformaciones urbanísticas, Colau quiere revalidar la alcaldía para consolidar el "proyecto de la Barcelona del futuro", que ya ha materializado con las 'supermanzanas' en distintos puntos de la ciudad, más carriles bici y una apuesta por reducir la velocidad de circulación a los 30 kilómetros por hora.

En su programa, la líder de los comuns defiende para los próximos cuatro años integrar el Bicing en la T-Mobilitat, y formula iniciativas como una "tasa de congestión" para circular por Barcelona, una ordenanza acústica contra vehículos ruidosos, y la extensión de la red tranviaria por el litoral.   

ERC cuenta con una propuesta para reducir la movilidad del vehículo privado en toda la urbe: según el candidato Ernest Maragall, puede triplicar el espacio "ganado para los peatones respecto a la propuesta de unos cuantos puntos de la ciudad donde se actúa más intensamente", en referencia a la 'supermanzana'.

La propuesta concreta que el espacio del vehículo privado pase de representar el 60% al 40% mediante la reducción gradual de carriles reservados para el coche y más espacio para bicis, aceras y actividad comercial, y también quiere mejorar el transporte público: "Rodalies, Rodalies, Rodalies", ha insistido.   

El candidato del PSC ha reiterado su crítica a los que han sido sus socios de gobierno, por las transformaciones urbanísticas que han impulsado: "No estamos a favor de hacer 21 Consells de Cent", y ve un problema para la movilidad haber acumulado diferentes obras.

Por lo contrario, el alcaldable Jaume Collboni ha diseñado un plan para aumentar en 100 hectáreas el verde urbano en la ciudad antes de 2030 sin afectar a la movilidad, lo que incluye recuperar 30 interiores de manzana del Eixample con 171 millones de euros: 15 interiores por adquisición directa y otros 15 mediante acuerdos con los propietarios.   

Críticas de Trias

"Las 'supermanzanas' no las ha inventado Colau", apunta el exalcalde y candidato Xavier Trias, que sostiene que el Gobierno de BComú las ha aplicado mal, si bien ha dicho que no las revertirá, y, para él, la mejora del modelo de pacificaciones pasa por llegar a pactos de movilidad.

Lo que sí revertirá son los chaflanes que no tengan un colegio, para destinarlos de nuevo a espacios de carga y descarga; también apuesta por electrificar la flota de vehículos, y avisa de las "consecuencias" de que la ciudad pierda visitantes por culpa de la movilidad.   

En esta línea también se ha pronunciado el alcaldable Daniel Sirera, que ha defendido garantizar que la gente pueda entrar y salir del centro "sin problemas"; y, para reducir la contaminación, propone ayudas para cambiar calderas y vehículos contaminantes, y reducir la media de edad de la flota de autobuses.

Respecto a los nuevos ejes verdes de Colau, pedirá un informe sobre sus afectaciones a la movilidad y de impacto socioeconómico, para ver si hay que revertir alguna: "No me temblará la mano".   

También la candidata Eva Parera es partidaria de revertir alguna 'supermanzana', como la del Eixample, porque "es más económico revertirla que el coste de continuarla", pese a que cifran en 50 millones de euros el coste de restituir el modelo de circulación anterior.

Sobre la contaminación, ha dicho: "Tampoco nos tenemos que obsesionar", y ha formulado medidas como potenciar el uso de la moto y del transporte público, ayudas al cambio de vehículos, y un programa de puntos de carga para vehículos eléctricos.   

Anna Grau fija un "stop 'supermanzanas" como línea roja de su candidatura: cree que hay que detener y reflexionar sobre las obras actuales porque cree que la movilidad de Barcelona ha quedado afectada y hay que reconfigurarla.

"Ahora mi prioridad no es reempalmar el tranvía (por la avenida Diagonal) sino aligerar la movilidad en Barcelona, que ahora está seriamente comprometida por el urbanismo bolivariano y táctico de Colau", ha dicho.