- La encrucijada en Junts a la que abocó la decisión de Carles Puigdemont y Jordi Sànchez de no revalidar sus cargos de presidente y secretario general del partido, respectivamente, provocó en la práctica un pulso entre las dos almas de la formación heredera de CDC. Las mismas están representadas en la práctica por los dos dirigentes llamados a liderar el partido, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, cabeza visible de la vía unilateral, y el exconseller y vicepresidente de Junts, Jordi Turull, representante del ala más pragmática e institucional. Poco antes de que a las 16.00 horas finalizara el plazo para presentar candidaturas al futuro congreso de la formación, se anunció un acuerdo para armar una candidatura conjunta que evitará el choque en las próximas semanas.

La solución a esta patata caliente, que se anunció en una rueda de prensa conjunta celebrada a las 13.30 horas, se logró taponando la única vía de agua que impedía el entendimiento: ceder parte de las funciones ejecutivas propias de la secretaría general a la que optará Turull a la presidencia que está llamada a ocupar Borràs. Durante el mandato de Puigdemont, este puesto ha tenido un carácter meramente institucional y representativo, en consonancia con la situación del expresident de la Generalitat huido en Bélgica. Borràs no estaba dispuesta a conformarse con ello, dado que actualmente ostenta el segundo cargo institucional de Catalunya y cuenta con el apoyo de las bases.

Tal y como explicaron en su comparecencia, Borràs asumirá la presidencia del partido pero dicho cargo se verá reforzado con una modificación de los estatutos para añadirle funciones ejecutivas, que compartirá con el secretario general, puesto que asumirá Turull. “Sumar multiplica y esto es positivo porque suma en favor del país y la independencia”, defendió la presidenta de la Cámara catalana. “La presidenta tendrá funciones que compartiremos casi al 90 o 100%. Hay trabajo para todos y la militancia notará una actividad ejecutiva más intensa de la presidencia. Vamos a una y lo haremos todo conjuntamente”, explicó por su parte Turull, que representa a su vez a los más directos herederos de CDC, partido con el que Borràs no tuvo relación.

A partir de ahí, en la candidatura conjunta se despliega una compleja red de cargos que se dividen entre afines a uno u otro sector. En el caso de las cuatro vicepresidencias, dos quedarán en manos de Francesc de Dalmases y Aurora Madaula, personas de la máxima confianza de Borràs, mientras que Anna Erra -próxima a Turull- y Josep Rius -cercano a Puigdemont- conservarán las otras dos plazas. Clave es también la secretaría de Organización, un puesto crucial para controlar el aparato del partido y que ocupará David Torrents, jefe de filas de JxCat en el Ayuntamiento de Badalona, miembro de los Mossos d'Esquadra en excedencia y próximo a Borràs.

Junts celebrará su congreso en dos partes: el 4 de junio se escogerá a la nueva dirección en Argelès-sur-Mer (Francia) y en julio habrá otra jornada que servirá para aprobar la ponencia política y organizativa. Precisamente en esta última se llevará a cabo la modificación de las funciones ejecutivas que hasta ahora tenía la secretaría general para derivarlas a la presidencia.

Laura Borràs y Jordi Turull coincidieron ayer en afirmar que “somos el partido del president Puigdemont”, heredero a su vez del referéndum del 1-O, y apostaron por convertir JxCat “aún más en una herramienta útil” para alcanzar la independencia de Catalunya. l