- El diálogo entre Catalunya y el Estado está en stand by y a priori no tiene visos de desbloquearse. Mientras que la Generalitat lleva ya semanas pidiendo una fecha concreta para una nueva reunión de la mesa de diálogo, en Moncloa dan largas. Primero, escudándose en la actual situación sanitaria por la variante ómicron y, después, alegando que para que las conversaciones se retomen hacen falta una serie de consensos previos entre las dos partes.

En esa línea, ayer la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, advirtió al Govern de que “no merece la pena” discutir sobre una fecha concreta para una nueva reunión hasta que no se logren una serie de “acuerdos previos” sobre las cuestiones a llevar a la mesa.

Tras las declaraciones del miércoles del president Pere Aragonès -que retó al Estado español a que se “atreva” a ganar o perder un referéndum de autodeterminación en Catalunya-, Rodríguez rebajó los ánimos y defendió que su Ejecutivo está realizando un “esfuerzo” por normalizar las relaciones entre Moncloa y la Generalitat. “No nos vamos a dejar llevar por el impulso ni por las declaraciones, que al final también están enmarcadas en las estrategias partidistas o de cada uno de los responsables, sino por los hechos”, contestó la ministra al pulso de Aragonès.

La también titular de Política Territorial precisó en cualquier caso que la reunión entre ambas administraciones se va a celebrar, pero no especuló con fechas y pidió tiempo para alcanzar consensos. “En tanto en cuanto no lleguemos a acuerdos que podamos poner sobre la mesa a los ciudadanos, creo que no merece la pena que sigamos discutiendo la fecha”, reiteró en una entrevista en Telecinco.

Por su parte, el president de la Generalitat cree que el tiempo apremia y es urgente acelerar las conversaciones antes de que culmine esta legislatura. Aragonès trabaja con la hipótesis de que tras las próximas elecciones generales puede haber un relevo en el Gobierno español y una llegada de la derecha a La Moncloa. Así lo explicó ayer en TVE, donde advirtió de que “en un futuro pueden cambiar las mayorías” y el diálogo volverse imposible.

Opina el president que ahora mismo tanto en Catalunya como en el Estado se da la “coyuntura más favorable” para explorar una solución negociada al conflicto catalán, por lo que Pedro Sánchez debe aprovechar el escenario y reanudar el diálogo sin más dilación.

Al ser preguntado por cuándo consideraría el Govern que la mesa de diálogo no tiene recorrido y que hay que emprender otras vías, Aragonès contestó que todavía hay tiempo en los dos años de legislatura restantes en el Estado: “De aquí hasta las elecciones generales hay la oportunidad de explorar esta posibilidad”.

Respecto a esas vías a emprender en el independentismo si fracasa la mesa de diálogo se pronunció también el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, que explicó que los actores políticos y sociales del soberanismo ya mantienen conversaciones sobre las “alternativas” posibles, aunque no quiso concretar qué opciones se barajan.

Según mantiene Sànchez, el independentismo catalán tiene la obligación de trabajar otros escenarios ante la “poca convicción y predisposición” a dialogar que a su juicio existe en el Ejecutivo español.

En cualquier caso, en Junts no quieren boicotear los tímidos intentos de diálogo y optan por que se respete el acuerdo alcanzado el pasado año en el seno del independentismo para dar de plazo a las conversaciones con el Estado hasta 2023.

“Mientras no lleguemos a acuerdos para poner sobre la mesa, no merece la pena discutir la fecha”

Ministra de Política Territorial