- Naiara Zamarreño, Jon Doral y María Jauregi tienen algo en común. Y desearían no haberlo compartido jamás. ETA acabó con la vida de sus padres, una experiencia dolorosa que algunos de ellos ya han contado o tendrán que contar a sus hijos en algún momento. En el acto organizado en el Instituto de la Memoria Gogora en Bilbao con motivo del décimo aniversario del cese de ETA, los tres participaron en un vídeo sobre la transmisión de valores a los jóvenes. Y el odio no tiene ninguna cabida.

Tras un primer vídeo en recuerdo a las 853 víctimas mortales, aparece en pantalla Naiara Zamarreño, quien relata cómo se lo ha contado a su hijo. Él le había preguntado qué sucedió con su abuelo, Manuel Zamarreño, concejal del PP en Errenteria asesinado con una moto bomba en 1998. “Lo llevé al monte”, recuerda, en una intervención donde trata de contener las lágrimas antes de añadir que el momento en que confesó la tragedia a su hijo “fue precioso”. “Tenía siete años, y parecía que tenía 18”, añade. Le contó que su aita iba a comprar el pan y le explotó una moto justo al lado. Su hijo respondió de manera visceral ante el dolor de su madre: “¡Me los cargo a todos!”. Ella cortó de raíz el arrebato: “Yo le dije: ¿Cómo ves a ama, tranquila? Cuando pasó eso, ama se sintió triste y sintió odio, pero con el tiempo ama se dio cuenta de que no llevaba a ninguna parte”.

Jon Doral, hijo de Montxo Doral, er-tzaina y abertzale asesinado en 1996, aseguró que aún no han hablado demasiado, aunque con su mujer ya han dado vueltas a la idea de explicar a su hija lo que ocurrió. Cuando se le pregunta si se acuerda de su aita en este aniversario, sentencia: “Todos los días pienso en aita”. María Jauregi, hija del gobernador civil de Gipuzkoa y socialista Juan Mari Jáuregui, cree que el momento se acerca porque su hija mayor tiene once años. “No se lo hemos contado, pero pregunta. No sé por dónde empezar. No quiero transmitir odio”, recalca. Admite emocionada que cree que se sentirá liberada. En ese vídeo, niños de diez años creen que ETA es solo la conjunción copulativa “y” en euskera. “Zu eta ni lagunak gara”, puso como ejemplo un niño. “Tú y yo somos amigos”, el único significado de eta, la antítesis de lo que representó en un pasado reciente que aún deja heridas.