- El Gobierno Vasco cree que el tiempo le ha dado la razón, y que todos aquellos que dieron por muerta la Ley Antipandemia pensando que la declaración de emergencia se iba a levantar en unos días han quedado desmentidos por los hechos. La consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, el departamento impulsor de esta normativa que después concretaron PNV y PSE en una proposición de ley, hubiera deseado que no se produjeran brotes entre los jóvenes por las no fiestas, los viajes de fin de curso y los botellones. Pero esta situación ha llegado, y carga de razones al lehendakari, PNV, PSE y Elkarrekin Podemos-IU, que defendieron esta normativa para estar preparados ante posibles rebrotes y la variante Delta. “No tenemos estado de alarma pero, si bien había algunos agoreros y agoreras que decían que esta Ley Antipandemia nacía ya muerta, caducada y era inservible, ahora vemos que no, que es justo lo contrario. En este momento, tenemos un marco legal que nos posibilita en cada una de las situaciones poder establecer las medidas preventivas para que la sociedad pueda seguir protegiéndose frente a este virus”, defendió en Onda Vasca.

Precisamente ayer entró en vigor el decreto aprobado por el LABI, con una vigencia de dos semanas. Además, se ha dado luz verde a un plan Bizi Berri IV amparado por la nueva ley, y que estará en funcionamiento hasta octubre. Defendió, por lo tanto, la “virtualidad” de la ley. “Tenemos una ley aprobada en nuestro Parlamento Vasco que dota de esa seguridad jurídica para avanzar y tomar las medidas que sean necesarias. En esa seguridad jurídica nos basamos para seguir tomando medidas si es que fuera necesario”, zanjó.

En la sesión parlamentaria de aprobación de esta ley, EH Bildu y PP+C’s consideraron que la norma nacía muerta, en un momento en que se preveía el fin de la declaración de emergencia sanitaria y mientras Sánchez relajaba el uso de la mascarilla en los exteriores. Sin embargo, los grupos proponentes y Elkarrekin Podemos-IU alertaron del riesgo de rebrotes y de la necesidad de estar preparados para que una complicación no sorprendiera a Euskadi sin hacer los deberes.