El diálogo con el Gobierno español para dar una solución a los trabajadores interinos de la administración pública se tuerce y entra en zona de turbulencias. Tras celebrarse este jueves la reunión de la Conferencia Sectorial que congrega a todas las comunidades autónomas con el ministro Miquel Iceta, la consejería de Autogobierno de Olatz Garamendi rechazó de plano la propuesta del Estado por considerarla “inaceptable”. Detecta que el Estado invade sus capacidades a la hora de organizar la función pública y se mantiene, además, un criterio que es el origen de buena parte de esta polémica: el Estado conserva la tasa de reposición de efectivos. Supone que el Estado regule y limite el número de plazas que pueden ofrecer los gobiernos autonómicos, incluido el vasco; y que el nombramiento de interinos dependa de las jubilaciones que se puedan ir produciendo.

Esto significa que el Gobierno vasco no pueda diseñar con total libertad las ofertas públicas de empleo ni sacar a concurso todas las plazas vacantes dotadas presupuestariamente, lo que limita su capacidad para tratar de estabilizar a las personas que llevan años trabajando sin plaza fija y consolidar al personal. La propuesta de Iceta, por lo tanto, no daría solución ni capacidad de absorber esta cantidad de interinos acumulados durante años.

Por otro lado, Garamendi lamenta también que el Estado plantee limitar a futuro la duración de los contratos temporales y que el interino sea nombrado para cubrir una vacante cuando no pueda hacerlo un funcionario de carrera con una duración máxima de tres años. “Quiere organizar la selección del personal de nuestra Administración, obviando las necesidades reales que tenemos”, censuró la consejera. Para rematar el descontento, el Ministerio contempla indemnizar con 20 días por año trabajado con el límite de una anualidad a los interinos que pierdan el puesto si suspenden las oposiciones, lo que “hipoteca” económicamente a las comunidades “sin resolver el problema de fondo”.

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Además de denunciar la “extralimitación de la legislación básica y una intención de uniformización”, denunció que no se plantea una solución real y afectiva a las situaciones pasadas de larga interinidad porque se mantienen las tasas de reposición. Garamendi había pedido una reforma del Estatuto Básico del Empleado Público para permitir que las comunidades puedan diseñar su propio proceso de consolidación. La consejera asegura que tiene claramente establecida su hoja de ruta, y que aboga por convocar procesos selectivos donde la experiencia compute más para lograr la plaza, de manera que se reconozca a los interinos. Se remite a la Ley de Cuerpos y Escalas en tramitación.

No hubo votación como tal en la Conferencia, y a Iceta le queda la consulta a los sindicatos, aprobar este plan vía decreto en Consejo de Ministros, y pasar la prueba de fuego: la tramitación parlamentaria, donde la posición del Gobierno vasco anticipa problemas para lograr el respaldo del PNV. Es sustancial que el conflicto se produzca con Iceta, uno de los ministros con quien la interlocución estaba siendo más fructífera y que, por ejemplo, defiende el traspaso íntegro del Ingreso Mínimo Vital.

AVISO DEL PNV

En paralelo, el PNV ha rebajado la espuma de optimismo y complacencia con la que Pedro Sánchez interpreta el grado de cumplimiento de sus compromisos. El diputado en el Congreso Mikel Legarda avisó de que su partido está “razonablemente insatisfecho”. Por ejemplo, en la forma de gestionar los fondos europeos, el PNV pide claridad sobre el reparto y una aportación justa a Euskadi; y con el Tren de Alta Velocidad, Legarda avisa de que su grupo ya ha encendido la “luz ámbar” ante los mensajes contradictorios que dejan en el aire la entrada soterrada en Gasteiz y Bilbao.

Esta advertencia llega tras el pleno del miércoles, donde el presidente español respondió con un lacónico “bien” cuando el PNV le pidió un impulso político ante sus ministros díscolos. Sánchez recogió en apariencia el guante, y envió al diputado Iñigo Barandiaran la reforma de las pensiones que el PNV se quejó de haber conocido por la prensa. Pero en el resto de ámbitos se mostró satisfecho por el nivel de cumplimiento. Esgrimió las transferencias obviando el retraso de casi un año en el Ingreso Mínimo Vital, y tampoco lanzó guiños concretos sobre los fondos europeos aunque sean determinantes para que el PNV respalde los Presupuestos de 2022.

En una entrevista en Radio Vitoria, Legarda pidió concreción sobre los fondos europeos y, sobre el TAV y el soterramiento, avisó de que lo van a exigir “a machamartillo”. Añadió que el PNV está “alerta y vigilante” ante manifestaciones como las del delegado del Gobierno español en la comunidad autónoma, Denis Itxaso, que dice al mismo tiempo “A y B”.

Preguntado por si Sánchez siempre podrá contar con su apoyo y no escucharán las peticiones de moción de censura, dijo que el PNV se aplica a sí mismo el lema “no digas nunca jamás”, pero matizó que, si el escenario no cambia radicalmente como sucedió con la sentencia de Gürtel contra el PP que provocó la caída de Rajoy, las cosas seguirán por su cauce normal. Tienen firmados unos acuerdos de investidura, y están sosteniendo la legislatura porque es “la única alternativa viable”.