- Los engranajes de la bilateralidad vuelven a girar en la Junta de Seguridad. Los gobiernos vasco y español recuperaron ayer en Madrid ese foro de relación específico entre ambas partes, un foro que no se reunía desde el año 2017. Y, más allá de la fotografía, alcanzaron varios acuerdos que, por un lado, incrementan las competencias de la Ertzaintza y, por otro, redoblan la coordinación con las fuerzas de seguridad del Estado tras años de ciertos recelos y desconfianza proyectados desde algunos sectores de Madrid. Además del pacto ya conocido para que la Ertzaintza pueda vigilar a los sospechosos más allá de sus fronteras en todo el espacio Schengen como hacen la Guardia Civil y la Policía española, Josu Erkoreka y Fernando Grande-Marlaska han acordado conectar este año sus programas de violencia contra las mujeres, VioGén y EBA, para reforzar la protección a las víctimas de la violencia machista y facilitar su movilidad segura dentro del Estado español. Es decir, se trataría de que una mujer amenazada que se desplace a otros territorios por motivos personales o laborales no pierda su nivel de protección.

Solo en el caso de la comunidad autónoma vasca, la Ertzaintza protege a unas 5.000 mujeres. Erkoreka puso en valor que, desde 2011, no ha muerto una sola mujer protegida por la Ertzaintza y se trata de mantener ese nivel de seguridad. El programa Etxekoen eta Emakumeen Babesa es un sistema digital que ya supone compartir los expedientes entre la Ertzaintza y la policía municipal, y ahora se completa con el acuerdo suscrito con el Gobierno español para la coordinación con sus fuerzas de seguridad.

Los dos programas permiten gestionar de manera integral los expedientes de violencia contra las mujeres, homologar las evaluaciones de riesgo, establecer la protección adecuada y gestionar las órdenes judiciales de protección. En el Estado, hay 36.000 personas especializadas y más de 63.000 mujeres en seguimiento. Marlaska mostró su preocupación por que, desde el fin del estado de alarma, se ha provocado un grave repunte.

El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, defendió la “tolerancia cero” contra la violencia machista y coordinarse al máximo para que, cuando una mujer afectada salga de su territorio, no pierda la cobertura por falta de comunicación entre policías ni se produzca una situación de riesgo.

En la Junta de Seguridad se pactó, además, crear un grupo de trabajo que analice en tres meses las formas de acceso de la Ertzaintza a la información y a los expedientes de las bases de datos internacionales y europeas como la UNE/Europol-Siena, Sirene e Interpol. Esta es una larga pelea donde la Policía vasca siempre ha intentado un acceso sin intermediarios. Es un debate crucial en la persecución de amenazas como el terrorismo yihadista.

En la histórica demanda de presencia directa en Europa, el Ejecutivo español no llega a conceder a la consejería un asiento en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior de la Unión Europea, pero informará al Ejecutivo vasco de los asuntos que se aborden con carácter previo y posterior.

Se incluirá a la Ertzaintza en la comisión de seguimiento del Plan Estratégico contra la Cibercriminalidad, y se reforzarán sus competencias en la investigación de delitos sobre el medio ambiente. Se reformarán los procedimientos del Centro de Inteligencia estatal contra el Terrorismo y el Crimen Organizado para que respete los acuerdos de la Junta de Seguridad, reactivarán la Comisión Permanente de coordinación, y crearán un grupo de trabajo en los puertos de interés general. Estos acuerdos se suman al conocido anteayer, por el cual la Ertzaintza se encargará de autorizar vuelos de drones civiles. El pacto sobre las vigilancias transfronterizas, por ahora, es exclusivo de Euskadi y no hay una previsión inmediata para trasladarlo a Catalunya y a los Mossos.

Marlaska apostó por reforzar la bilateralidad: planteó reuniones con mayor “periodicidad” y, haciendo pedagogía frente a los recelos, aclaró que esta colaboración redunda “en beneficio del conjunto de la sociedad”, en su seguridad y la prevención del crimen. Erkoreka puso en valor el “modelo vasco de éxito, basado en el diálogo, la negociación y el pacto”, y que se cumpla el Estatuto de Gernika al reconocer que la Ertzaintza es una policía integral. Esta reunión marca un punto de inflexión en la relación, que será más fluida. Marlaska recalcó que, aunque no ha habido juntas de seguridad desde 2017, se han producido cinco encuentros de la Comisión de Coordinación. Y dijo que la reunión era “necesaria”: “Las fuerzas de seguridad del Estado y la Ertzaintza mantienen una relación fluida indispensable para la eficacia de las operaciones policiales, que es lo único que nos guía para garantizar la seguridad”.