¿Qué mensaje quiere lanzar el PNV en este Aberri Eguna?

—Que a pesar de la situación tan complicada y de toda la fatiga pandémica, Euskadi va a tener una salida y futuro. Vamos a volver a la Euskadi pre-covid que florecía a finales de 2019. Este pueblo tiene fuerza para hacerlo, y tenemos un autogobierno que es el instrumento para hacerlo posible. Y hay un partido, el PNV, que manifiesta su máximo compromiso para conseguirlo. Es un contrato de reconstrucción de este país con la sociedad.

El manifiesto del PNV dice que la agenda no se agota con la gestión sanitaria. ¿Está poniendo la mirada en recuperar la Ponencia de Autogobierno en otoño?

—Gran parte del secreto de que podamos salir de la pandemia, que lo hagamos pronto y bien, está en el autogobierno. Es la herramienta indispensable para salir bien de esta situación. Tenemos que tener luces cortas para ver la situación en la que estamos y no despistarnos, porque está claro que la salud y los servicios públicos y la creación de empleo tienen que estar en el foco cercano de todas las instituciones. Pero también tenemos que utilizar las luces largas. Lo que estamos transmitiendo a la gente es un mensaje de esperanza fundamentada en la capacidad que tenemos como país y que hemos demostrado en otras ocasiones, con la combinación de nuestra gente, nuestro pueblo, y nuestro autogobierno.

Pero, ¿qué fechas manejan para la Ponencia?

—Ningún Parlamento del mundo está en una posición normal ni normalizada. Espero que, en cuanto tengamos el proceso de vacunación asegurado y en otoño, podamos empezar a retomar con normalidad absoluta la actividad política. Y en esa normalidad absoluta estará también la Ponencia de Autogobierno.

¿El PSE le frena?

—No. Nosotros sabemos que el PSE no comparte gran parte de nuestra hoja de ruta hacia el autogobierno. Lo tenemos escrito en el pacto de gobierno, donde nos dejamos libertad de planteamiento. Pero, una cosa es discrepar, y otra es paralizar. Tenemos la posibilidad de abrir un periodo de negociación entre los partidos sobre la base del legado de la comisión de expertos y que salga un texto. Podríamos tener también la opción de que algún partido asumiera la tarea de redactar una proposición de ley a negociar con los otros partidos, que luego derivara en un texto a proponer al Parlamento Vasco y fuera a Madrid. El PNV está dispuesto a hacer cualquiera de los ejercicios que los otros partidos quieran. Estamos dispuestos a negociar, y estamos dispuestos también a asumir el liderazgo de la redacción de un texto base. Pero quedan años hasta las elecciones, y no debiéramos nadie tener la tentación de utilizarlo de manera partidista y cortoplacista. Si elevamos la mirada, tenemos la situación de Catalunya, que está ahí. Vamos a hacer una lectura vasca, y una lectura global para operar sin prisas. No vamos a dejar que nadie nos meta prisas, porque lo importante es que salga bien.

¿El PNV no renuncia al derecho a decidir aunque haya quedado eclipsado por la gestión del coronavirus?

—Es consustancial a un partido nacionalista y soberanista. Ni le damos un valor totémico, ni aceptamos que se le meta al cuarto oscuro argumentando que rompe la convivencia. Es un derecho democrático y un mecanismo, no un fin en sí mismo. En Europa hay que buscar un modo de garantizar a los pueblos sin Estado que tengan capacidad de decidir su futuro.

¿La Ley Antipandemia vasca va a garantizar que los tribunales no tumben un futuro cierre de bares?

—Esta ley está pensada para que opere mientras haya declaración de emergencia sanitaria en Euskadi, para que arregle las carencias o los vacíos legales que había hasta el presente; pero también marcaría un camino sobre cómo desde el autogobierno vasco hay una capacidad de respuesta a estas situaciones con aristas. Es una ley útil para tomar esas decisiones y que no estemos sometidos al bochorno que supuso aquel auto del juez.

Pero, para el toque de queda y la limitación de las reuniones, ¿esta ley se queda coja sin el paraguas del estado de alarma?

—El estado de alarma es un instrumento que el día 9 de mayo (cuando expira) se va a demostrar como poco adecuado a la situación actual. Se han visto todas sus debilidades. Estaba pensado para otras cosas, y hubiera sido más lógica una modificación de las leyes sanitarias. El que debe hacer un esfuerzo legislativo es el Estado.

¿Sería decepcionante que la ley fuera avalada solo por PNV y PSE?

—Va a salir adelante, y ojalá vengan todos, porque su contenido es el corpus de los decretos que hemos venido haciendo a lo largo de la pandemia, y recoge los resortes necesarios para dar respuesta. Pero, tal y como tenemos a la oposición en Euskadi, vaya usted a saber. La ley va a salir aunque no nos dieran el apoyo, pero sería el síntoma de que la oposición en Euskadi está llegando a un nivel de carroñerismo grave. Si ni en esto son capaces de ponerse de acuerdo con el Gobierno, es que ya no es un problema de contenidos, sino de actitudes y de que alguien, en vez de ir con la mano tendida, va con el cuchillo entre los dientes para intentar cargarse a un gobierno.

¿Tiene esperanzas en un acercamiento a Elkarrekin Podemos, también por el acuerdo presupuestario en Donostia?

—Creo que Elkarrekin Podemos se quedó fuera del acuerdo presupuestario con el Gobierno Vasco más por miedo escénico que por ganas. Creo que ellos querían entrar, pero estaban tan mediatizados por la posición negativa de Bildu, que no se atrevieron. La Ley Antipandemia es apartidista, y espero que Podemos pueda entrar en este consenso. Me consta que el Gobierno está hablando con ellos. Espero que PNV y PSE sean capaces de sumar a Podemos, y ojalá a Bildu. Soy un poco descreído con Bildu porque está con el cuchillo entre los dientes, no con la mano tendida.

¿Qué alcance tiene el acuerdo presupuestario en Donostia para el PNV, donde se mencionan cuestiones sobre el alquiler que están causando una pugna en el Estado?

—Es importante porque todos los dirigentes de Podemos se debaten entre ser útiles y entrar a negociar y hablar con el PNV y los gobiernos PNV-PSE, y la necesidad de pugnar con Bildu. Les está siendo más fácil entrar por la vía municipal. Ya sucedió en Gasteiz, donde la apuesta era el gas. En Donostia son los alquileres. Podemos siempre necesita un banderín de enganche. Para nosotros no supone arrancarnos un dedo, porque el PNV hace en el día a día una política más progresista que Podemos.

El delegado del Gobierno español, Denis Itxaso, se ha enfrentado al PNV diciendo que no marca el ritmo a Pedro Sánchez, ahora añade el ‘caso Zabalza’... ¿Se está convirtiendo en un problema?

—No. La figura del delegado del Gobierno es probablemente la que tiene menos sentido hoy en día. Eso ha hecho que en Euskadi la mayor parte de los delegados hayan buscado proyección para sacar la cabeza: hemos tenido jefes de la Guardia Civil, jefes de la Abogacía del Estado que no hacían más que poner recursos por la colocación de la bandera española, y ahora tenemos un delegado publicista. Pero, lo que él dice, en Madrid pinta cero y, en Euskadi, menos cero. Es irrelevante su opinión en la acción del PNV y en la relación entre el PNV y el Gobierno del Estado. Los equipos de Primera solo juegan con los de Tercera en las primeras fases de la Copa del Rey. Nosotros hablamos con sus jefes, no con él.

La muerte de Mikel Zabalza en 1985 está en manos de la comisión vasca de abusos policiales. ¿Que el Estado no desclasifique los documentos va a suponer un obstáculo?

—No puede ser que una democracia tenga zonas oscuras para lavar trayectorias que supuestamente alguien ha dicho que eran modélicas y no lo eran. ¿Por qué no se pueden desclasificar papeles y por qué la Fiscalía no puede instar al juez? ¿A quién se hace daño con esto? Al Estado, no. Será a personas que se han aprovechado del poder que les da una democracia. Para que una democracia sea plena, tiene que ser capaz de lavar sus trapos sucios y airearlos. No creo que sea una posición del PSOE o del Gobierno, sino de los poderes fácticos del Estado, y una posición muy timorata del ministro Marlaska influenciado por su pasado como juez.

Esta legislatura en el Estado está llamada a ser clave para cumplir el Estatuto de Gernika. ¿Sánchez estaría traicionando la confianza del PNV si convocara elecciones?

—Sería un varapalo para nosotros, porque no creemos que haya razones para acortar la legislatura. Sánchez debería gestionar estas situaciones con la vista puesta en cumplir toda la legislatura y dar tiempo a que se cumplan los acuerdos que ha ido tejiendo. Cuando llegamos a un acuerdo con Sánchez, estábamos haciendo una apuesta de largo aliento, de mayor recorrido que una legislatura. Habíamos dicho al PP que se tenía que regenerar y eso no sucede en diez minutos. No hay una alternativa a Pedro Sánchez. Solo se entendería entre comillas que convocara elecciones para mejorar su posición partidista en la ecuación, pero no por la realidad. Lo que hace falta es que invierta en diálogo con quienes le votamos en la investidura. Le pedimos a Sánchez que deje de mirar de reojo al CIS y haga una inversión en diálogo político con Catalunya y Euskadi para hablar sobre reformas, porque va a ser la garantía de que la próxima legislatura vamos a seguir bien.

¿Se ha quedado usted tranquilo al escuchar a Sánchez decir que va a aguantar hasta 2023 tras la salida de Iglesias del Gobierno español?

—Ese tipo de declaraciones contrastan con el clima político. Si uno ve el Congreso de los Diputados, dice que esto está a punto de estallar por el nivel de crispación.

¿Al PNV le alivia la salida de Iglesias? Ha intentado desplazar el eje de las alianzas hacia Bildu.

—Iglesias es un vendehumos. Ha querido traslucir que es el nexo de las izquierdas cuando no era verdad, utilizando a ERC, que no se ha dejado tanto, y a Bildu, que se ha entregado a esa estrategia porque es menos vergonzante explicar a su gente su sumisión en Madrid porque tiene un acuerdo con Iglesias, que porque se tiene que comer crudos los apoyos a Sánchez de manera acrítica para que pasen cosas en política penitenciaria.

El PNV ha dado un toque de atención a Sánchez pidiendo que cumpla compromisos antes del verano. ¿Dónde está el mínimo para el PNV?

—Hay un paquete de cinco o seis transferencias que tendrían que estar para verano. Tendrían que haber estado para Semana Santa, pero vamos a dar por bueno que la vacunación haya generado unos retrasos. Para verano tenemos que tener también la certeza del cronograma del Tren de Alta Velocidad, la entrada a las capitales... Puede pasar que hasta 2027 no se termine al 100% la obra, pero para el año 2024 puede haber ciertos tramos. También hay un paquete fiscal: concertar las tasas Google y Tobin. Esos tres paquetes son importantes.

¿El PNV no toma en consideración la oferta de Bildu para ir a Madrid a defender los proyectos europeos?

—Si dependiera de la sarta de generalidades y falta de concreción del documento de Bildu, a Euskadi no iba a llegar ni un millón de euros. Demuestra la incompetencia de Bildu para gestionar cualquier cosa. Pero es que, además, no quieren hacer nada con el PNV. Tienen una peneuvitis degenerativa. Y quienes tienen que negociar son las instituciones vascas. Nosotros estamos para apoyar. Si Bildu tiene tantas ganas de que las cosas vayan bien, que se lea el documento Next y decida qué proyectos apoya y le diga a Madrid que esos tienen su apoyo.

¿Puede ser que la legislatura estatal se rompa por el lado catalán?

—El tema catalán necesita una clarificación catalana, y ojalá se produzca rápido. Eso daría con un Govern, y ese Govern sería el que tendría la posición política negociadora con Madrid.

¿Puigdemont debe controlar el Govern desde Waterloo?

—No. Yo no veo ninguna estructura ni ninguna célula dictando la capacidad de actuación de una institución. Yo no querría esto para el Gobierno Vasco y el lehendakari. Otra cosa es que el Govern resultante sea lo suficientemente generoso para incorporar otros programas. Pero, tener fuera de las instituciones un guardián de las esencias, no. Tampoco creo que sea la pretensión. Yo creo que la reivindicación del Consell per la República es que nadie tenga la tentación de decir que todo empieza hoy.

¿La convulsión del PP también en Euskadi complica el deshielo?

—Pero con el PP ya hemos hecho lo que teníamos que hacer... No hay que buscar más vueltas a lo que ha sucedido (el acercamiento para renovar el Consejo General del Poder Judicial). Teníamos una ruptura de relaciones y la hemos superado. Yo no veo al PP con las ideas claras. En el Estado está en su pelea, y aquí tiene una ensalada de confusión tremenda.

¿Hay algo sobre los movimientos en Euskaltel que no le guste al PNV?

—No es tanto que guste o no, sino si responde a la lógica de los tiempos o no. En Estados Unidos, un mercado de 300 millones de personas, hay tres operadores de telefonía. En China, con 1.400 millones, hay unos cinco operadores. En Europa hay ciento y pico, para un mercado de 500 millones. El mundo no va por donde va Europa. Lo que está pasando con Euskaltel (la OPA pactada de Más Móvil), desde el punto de vista del cliente, es que va a tener una oferta más potente. Necesitas un músculo financiero y tecnológico y, si no lo tienes, o te alías, o terminas absorbido. Ya vale de que Bildu nos engañe. Soy cliente de Euskaltel. Por no hacer esto, ¿tendríamos que estar condenados a no tener 5G? Tenemos que retener los centros de decisión, pero para dar el mejor servicio. Podemos dar un servicio muy soberano, pero de txalaparta, y seremos un país atrasado.

¿Cómo se encuentra el PNV en Nafarroa, ahora que denuncia que UPN está torpedeando su labor con casos como el de Manu Ayerdi?

—Navarra tiene que caminar hacia una normalización política en la que UPN se quede como lo que es: una fuerza importante, con tirón electoral, pero que tiene una incapacidad absoluta para llegar a acuerdos, y tics difícilmente compatibles con el sistema democrático. Una de las asignaturas pendientes que tenemos todas las fuerzas navarras es marcarle más el territorio. Hay cierto miedo reverencial a UPN, y el resto le tenemos que poner más en su sitio.

“EH Bildu no quiere hacer nada con el PNV porque tiene una ‘peneuvitis’ degenerativa”

“Soy cliente de Euskaltel; y podría dar un servicio muy soberano, pero de txalaparta, y seríamos un país atrasado”

“Espero que PNV y PSE seamos capaces de sumar a Elkarrekin Podemos a la Ley Antipandemia”

“Lo que dice Denis Itxaso pinta cero en Madrid y menos cero en Euskadi. Su opinión es irrelevante”

“Sánchez tiene que invertir en diálogo con Euskadi y Catalunya para que sigamos bien la próxima legislatura”