- No hubo sorpresas ayer en el Auditorio del Parlament catalán y la investidura del candidato de ERC a president de la Generalitat, Pere Aragonès, fracasó en segunda votación al mantener su socio natural, JxCat, la abstención, al igual que lo hizo en el pleno del pasado viernes. Una vez conocido de antemano el resultado, después de que la formación de Carles Puigdemont desvelara sus planes la víspera, Aragonès dedicó su discurso a allanar el terreno de la negociación con Junts en los próximos dos meses, toda vez que el plazo límite para intentar un nuevo asalto a la Presidencia concluye el 26 de mayo. Eso sí, al mismo tiempo estableció sus líneas rojas a los posconvergentes y rechazó cualquier tipo de “sustituciones ni tutelas” durante su mandato, pensando en una posible gobernanza telemática de Puigdemont desde su exilio en Waterloo (Bélgica).

En su intervención, Aragonès consideró “imprescindible coordinar estrategias” entre las fuerzas independentistas y se mostró partidario de “reconocer todos los espacios” del soberanismo, tanto en Catalunya como en el “exilio”, pero reclamó asimismo “poner en valor el liderazgo de las instituciones de Catalunya, de este Parlament, de este Govern y de esta presidencia”.

Reivindicó por tanto el papel del futuro president, desmarcándose así del rol que inicialmente adoptó su antecesor en el cargo, Quim Torra, que reconocía a Puigdemont como “president legítimo” desde Bélgica. Insistió por ello en que él piensa ejercer el cargo “sin sustituciones ni tutelas”, un mensaje velado dirigido a JxCat, que reivindica que el denominado Consell per la República, espacio parainstitucional liderado por Puigdemont, debería erigirse en el núcleo de decisión estratégica del independentismo catalán, ante los recelos de ERC.

El candidato republicano, que contó con el respaldo de los 33 diputados de ERC y los nueve de la CUP, apeló a extender el acuerdo alcanzado con la formación antisistema “al conjunto de fuerzas políticas que quieren superar la crisis en clave transformadora y que saben que la salida al conflicto con el Estado pasa por la amnistía y el ejercicio del derecho a la autodeterminación”.

Defendió que “es más lo que nos une que lo que nos separa” y recordó que los resultados del 14-F evidencian que “el independentismo es plural”. “El haber superado por primera vez el 50% de los votos nos interpela a todos y nos marca el camino de los acuerdos que tenemos delante”, añadió. En lo que parecen coincidir las formaciones independentistas es en evitar a toda costa una repetición electoral, que tendría lugar el 26 de julio si Aragonès no logra ser investido president.

Tras apelar a los comunes para que, pese a no ser independentistas, se sumen al acuerdo, el candidato republicano abogó por disponer de un nuevo Govern “sin más demora, sin dilación, porque las urgencias no esperan”. “Llevamos demasiados meses en funciones”, gestionando “una pandemia y una crisis social y económica enorme con herramientas limitadas” porque “no podemos presentar ni un presupuesto que obedezca a la situación de crisis que vive el país”, zanjó.

El principal interpelado por Aragonès, JxCat, negó que quiera imponerle tutelas desde el Consell per la República. “No confunda a los electores ni a este Parlament”, le reprochó la portavoz de Junts en el Parlament, Gemma Geis, en su intervención durante la segunda vuelta de la investidura. Criticó a su vez el acuerdo entre ERC y la CUP, uno de los principales baches para lograr el voto a favor de su partido, y reclamó a Aragonès “flexibilidad para reconocer que tiene 33 diputados y no 68”.

La líder de Catalunya En Comú Podem, Jessica Albiach, dijo sentirse “avergonzada” de que “las lógicas de partido se impongan a las necesidades de la gente” y de que Junts y ERC centren su disputa no en la crisis social, económica y sanitaria, sino en la lucha partidista por “el poder”. Desde la CUP, Eulàlia Reguant reivindicó el pacto alcanzado para la investidura y dijo que “no hay acuerdos estériles cuando se habla de garantizar derechos”.

Mientras el presidente de Vox, Santiago Abascal, afirmó que su partido está listo para una eventual repetición electoral en Catalunya, Carlos Carrizosa (C’s) acusó a ERC y a Junts de tener a Catalunya bloqueada porque pretenden formar dos gobiernos, “uno real y otro paralelo”. Alejandro Fernández (PPC) aconsejó a los partidos independentistas que “va siendo hora que rompan el cordón umbilical” con Waterloo.

“Sería un error que el independentismo no aprovechara esta fuerza para reivindicarse”

Candidato a president de la Generalitat

“Nadie le impondrá tutelas si es investido, no confunda a los electores ni a este Parlament”

Portavoz de Junts en el Parlament