- La expresidenta madrileña Cristina Cifuentes afirmó ayer que “no tiene los papeles” de los trabajos que realizó en el máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) y aseveró que actuó “de buena fe” dando por buena el acta remitida por la Secretaría del Rectorado sin saber que hubiera una firma falsificada. La exdirigente popular, que abandonó la política el 25 de abril de 2018, se enfrenta a tres años y tres meses de cárcel por la presunta comisión de un delito de falsedad documental del acta sobre la defensa del Trabajo de Fin de Máster (TFM). Además de a Cifuentes, se juzga a la entonces profesora de la URJC Cecilia Rosado y a la exasesora de la Consejería de Educación, María Teresa Feito. Rosado ratificó el primer día de la vista la falsificación del acta por “presiones” por parte del exdirector del Instituto de Derecho Público de la URJC Enrique Álvarez Conde, fallecido en 2019, y María Teresa Feito.

Cifuentes relató que entregó su TFM en un acto “informal” y reconoció que ni siquiera lo leyó, indicando que solo habló algo en líneas generales y sobre la bibliografía. “No defiendo ni leo el trabajo, solo lo entrego. No estaba Álvarez Conde”, señaló la expresidenta. “Yo entregué en esa fecha el máster. Hice exclusivamente una exposición de las líneas generales. Desconozco quiénes conformaban ese tribunal. Eso corresponde a la universidad. Yo desconocía que el TFM tuviera un acta específica. No dudé del acta remitida por el rector de la URJC -Javier Ramos-, persona que para mí tenía todas las garantías y toda la presunción de veracidad”, subrayó

Cifuentes relató que decidió matricularse en el máster al poder compaginarlo con su trabajo como diputada parlamentaria y vicepresidenta de la Asamblea de Madrid. “Álvarez Conde es la persona que me explicó la dinámica o cómo suplir la asistencia y exámenes y quien me fijó el calendario. Conde me dijo que no me preocupara por no ir a clase y me dijo que era una modalidad con alumnos que trabajan. Todo era a través de Alvarez Conde”, narró.

Sobre los trabajos, la expresidenta madrileña aseguró que “mi vida como delegada era muy complicada. Tuve dos mudanzas y cinco cambios de despachos para que se haga idea de esos traslados. Parte de mis pertenencias están distribuidas en un trastero, en casa... No los tengo. No tengo esos papeles. Probablemente los destruí cuando obtuve las calificaciones”, recalcó.

Tras concluir la comparecencia de Cifuentes, declaró la profesora Clara Souto, cuya firma aparecía en el acta falsificada. Souto afirmó que no formó parte de ese tribunal. La docente afirmó que cuando se publicó la noticia, la llamó Cecilia Rosado y la comentó que había habido un problema con el máster y si podía contar con ella porque era una asignatura que habían compartido en clase.

La testigo subrayó que le pidieron a Conde que dijera la verdad y que dijera que no habían formado parte de ese tribunal. “Hubo una reunión en su domicilio. Nos encontramos con que teníamos que decir que formábamos parte de ese tribunal. Fue complicado. Estaba en shock porque no entendía por qué nos llevaban por esa vía”, reconoció.

Alicia López de los Mozos, por su parte, afirmó que no formó parte del tribunal y que vio en las noticias que su firma aparecía en el documento, por lo que llamó a Conde para pedirle “explicaciones”. Así, señaló que recibió “presiones” y “coacciones” por parte del director del IDP. Según ella, insistió en decir la verdad, pero se sintió amenazada por Conde.

“Me dijeron que podía suplir la asistencia y los exámenes, todo era a través de Álvarez Conde”

Expresidenta de la Comunidad de Madrid