MADRID - La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la portavoz de Vox en la Asamblea madrileña, Rocío Monasterio, protagonizaron ayer un nuevo choque dialéctico de altura a cuenta de la censura parental que el partido de ultraderecha exige que se ponga en marcha en el territorio, lo que el PP, y sobre todo Ciudadanos, no ven con buenos ojos. Después de que Ayuso fuera investida gracias a los votos de Vox, la formación presidida por Santiago Abascal volvió a vender caro su apoyo en esta legislatura, por ejemplo a los presupuestos de la Comunidad, y advirtió: tras la investidura, cada iniciativa deberá ser negociada de forma individual, y si no se implanta el pin parental, no respaldarán las Cuentas del gobierno de coalición PP-C's.

En el marco del Pleno de la Asamblea, que estuvo protagonizado por el pin parental -la autorización expresa de los padres sobre los contenidos ideológicos que reciben sus hijos en los colegios-, Monasterio lo defendió como un instrumento contra las normativas de "ideología de género" que se aprobaron en Madrid en la pasada legislatura. "No es más que una herramienta para que los padres podamos defendernos frente a esas leyes totalitarias que muchos de ustedes en esta bancada no comparten", afirmó, dirigiéndose a los populares. Por ello, les instó a decidir de qué lado quieren estar: de parte de la ministra de Educación, Isabel Celaá, "y los totalitarios", o de parte de la libertad.

La portavoz de Vox advirtió de que su partido no tiene un pacto a largo plazo con el PP, por lo que su compromiso acabó el día que Ayuso fue investida presidenta. "A partir de ese momento, para cada ley, cada presupuesto, cada aprobación", necesitará el voto de sus doce escaños, zanjó. La presidenta madrileña respondió que, al contrario de lo que defiende Vox, en esta región "no hay un sistema de adoctrinamiento como en otras comunidades". "Aquí no se da zoofilia en los colegios, no hay adoctrinamiento por más que Hazte Oír les esté haciendo el trabajito por las redes sociales, intentando hacer de la anécdota categoría", prosiguió.