Ahora que aún carecen de una sede física para el memorial, ¿en qué tareas están trabajando?

La sede oficial tardará todavía un año en abrirse, y mientras eso avanza estamos haciendo algunas actividades. El 7 de marzo inauguramos en Madrid una exposición sobre el 11-M que organizamos en colaboración con la Fundación de Víctimas del Terrorismo, el Museo de Antropología y con la colaboración también de las dos asociaciones de víctimas del 11-M; la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M. Es una exposición todavía abierta en el Museo de Antropología de Atocha. Mientras, hemos trabajado también en esta exposición con la Fundación Fernando Buesa, y tenemos organizado un curso de verano en El Escorial centrado en el terrorismo yihadista y las políticas de prevención. El Memorial ha publicado también un cuadernito, un balance del terrorismo en España en el año 2015, y luego estamos trabajando en aspectos de administración y organización interna del memorial, que es lo que lleva más tiempo. La administración tiene sus ritmos y yo, que vengo de fuera, lo estoy descubriendo ahora.

¿Qué vamos a encontrar, físicamente, en el memorial que se está construyendo en la antigua sede del Banco de España?

Hay dos pilares importantes. Por un lado, ahora hay que diseñar el proyecto museístico, tenemos un texto de base, el informe de la comisión de expertos que se hizo el año pasado, que va a ser la inspiración de lo que se haga. Luego esas ideas hay que concretarlas, que es lo más difícil. Hay una tercera fase, en la que tienes que tener apoyo de gente con experiencia en temas de museos, o empresas de diseño... Hemos estado viendo un par de museos que nos pueden servir de inspiración, como el que ha hecho la Agencia Efe inaugurado hace poco; y hemos hablado también con los representantes de la Fundación de Ciencia y Tecnología, que gestionan dos museos, uno en Getafe y otro en La Coruña. Luego, cuando el edificio esté disponible, habrá que plasmar todo eso en la paredes y en el espacio. La segunda base del centro memorial es el área de documentación e investigación. Queremos fomentar el mejor conocimiento de lo que ha sido el terrorismo, sobre los diversos grupos terroristas. Aunque evidentemente ETA, por la importancia que ha tenido en la vida política española durante décadas, es el más relevante, ha habido otros, y los otros también tendrán presencia. Queremos promover la investigación y el conocimiento. Estamos ultimando un convenio con el instituto Valentín de Foronda de la UPV para que ellos desarrollen un proyecto de investigación a cuatro años. Son profesionales competentes y podrán trabajar sobre el fenómeno del terrorismo en el País Vasco. Hay además gente que nos presenta diversas iniciativas que todavía no podemos abordar, pero las tenemos en cartera para trabajarlas más adelante.

En su intervención ha mencionado la necesidad de elaborar un registro que concrete cuántas y cuáles han sido las víctimas del terrorismo. ¿Hay muchas lagunas al respecto?

Hay varias investigaciones que dan cifras dispares, hay casos confusos, depende de qué criterio empleas para atribuírselo a ETA o no. A veces no se contabiliza a una persona herida en un atentado que muere cinco años después como consecuencia de sus heridas. Partiendo del estudio de lo que ya ha hecho, con esa base, queremos establecer unos criterios que permitan determinar cuál ha sido la dimensión exacta de víctimas mortales y de los heridos que han causado los distintos grupos terroristas que ha habido en España.

Faltan pocas piezas, pero el puzzle no está aún completo...

Sí, en un época, por desgracia, el terrorismo era mucho más activo, las víctimas no tenían la repercusión social y el trato administrativo de otros periodos; estaban más desatendidas, los heridos, si no eran muy graves, se buscaban la vida y ya está... Tenemos algunos vacíos y debemos completarlos.

¿De qué manera van a integrar los diferentes terrorismos dentro del memorial?

El centro ha nacido como consecuencia de la Ley de Reconocimiento y Reparación de las víctimas del Terrorismo de 2011, y esa ley nos marca el criterio: el memorial tratará sobre todos los grupos terroristas. El Congreso y el Senado, cuando aprobaron la Ley, tuvieron en cuenta la dimensión que ha tenido ETA y por ello se decidió que la sede estuviera en el País Vasco, pero la Ley abarca todos los terrorismos.

¿Por eso mismo la subsede dedicada al terrorismo islámico se ha llevado a una ciudad sacudida por el yihadismo, como Madrid?

Esa fue una propuesta de la comisión de expertos, cuando estuvimos haciendo el informe que nos encargó el Gobierno, en ese grupo de trabajo se planteó que sería importante que una rama del memorial tuviera su sede en Madrid y se dedicara fundamentalmente al terrorismo yihadista. Nos pareció una buena idea por el impacto de lo que había ocurrido en Madrid el 11-M, que fue el mayor atentado terrorista que ha habido en Europa, si se omite la voladura de un avión de la Pan Am en Escocia (el atentado de Lockerbie). Este terrorismo merecía una sede propia dentro del memorial ubicada en Madrid, sobre todo porque la amenaza yihadista nos va a acompañar mucho tiempo. Es una oportunidad de poder hacer algún trabajo, colaborando con las instituciones, en materia de prevención y análisis.

¿De qué manera se va a facilitar la participación de las propias víctimas en el memorial?

La exposición del 11-M, como he dicho, se hizo en colaboración con las víctimas, algunas ideas las aportaron ellos, y cuando les enseñamos el proyecto original nos hicieron sus sugerencias sobre, por ejemplo, cuestiones que podían resultarles hirientes. Además, está prevista en los estatutos del memorial la creación de un consejo asesor de víctimas, en el que estarán representadas.

Ha comentado usted que cuatro años después del fin de ETA la sociedad no directamente afectada parece haber pasado página...

Es una sensación que hasta cierto punto es bastante lógica. Venimos de una situación de angustia social por el terrorismo y de pronto desaparece; se puede comprender, pero es conveniente que no nos olvidemos de los que ha ocurrido, entre otras cosas para que no se vuelva a repetir. No hay que fustigarse por lo ocurrido, pero sí recordar, reflexionar y sacar lecciones para el futuro.