- La muerte de Javier Ordóñez, un abogado de 43 años, en custodia de la Policía, después de haber sido sometido a incesantes descargas eléctricas con un arma tipo táser en una calle de Bogotá a pesar de encontrarse sometido por los agentes ha reavivado el debate sobre el uso excesivo de la fuerza y la frutalidad de los uniformados en Colombia. Tras el incidente, la alcaldesa de la capital, Claudia López, prometió actuar para buscar una reforma que detenga los abusos policiales.

Según unas imágenes que han agitado las redes sociales y provocado conmoción en el país, dos agentes de la Policía acudieron a donde se encontraba el abogado avisados de una riña entre diversas personas con síntomas de embriaguez. Al poco de llegar y tras discutir con Ordóñez, estos se arrodillaron encima del hombre, en un episodio que recuerda lo ocurrido en Estados Unidos con George Floyd, y así permanecieron durante más de dos minutos, mientras se escuchaba a Ordóñez, descamisado, suplicar que parasen. “Por favor, ya. Me ahogo”, decía en medio de los electrochoques. Los testigos presenciales, por su parte, rogaban a los uniformados que parasen. De acuerdo con los testimonios de los amigos de Ordóñez, uno de los agentes dijo: “De esta no se salva”. A la espera de la autopsia, que podría arrojar nuevas luces sobre lo sucedido, los dos agentes ya son objeto de investigación.