La escuela vasca disfruta ya de un merecido descanso después de un curso duro. En realidad, han sido dos cursos complejos. La gestión de la pandemia para que las aulas no se convirtiesen en un foco de contagio ha centrado los esfuerzos de la Administración con la contratación de 1.064 docentes extra, 1.100 profesionales de jantoki y limpieza, un millón de euros al mes en geles y diverso material higiénico, 23.000 sustituciones, la instalación de 100 carpas en los patios o la compra de 35.000 ordenadores. Todo este despliegue de medios para intentar mantener la presencialidad. Han permanecido abiertas el 99,29% de las 17.554 aulas de la escuela vasca, así que reto conseguido.
La lucha contra el covid-19, que ha afectado claramente al estado anímico y los resultados académicos del alumnado, ha pospuesto otros retos que la escuela vasca tenía ya en su debe, como la aprobación de Ley Vasca de Educación, el euskera, el tratamiento de la diversidad o la falta de excelencia. Pero por encima de estas cuestiones, la principal amenaza que se cierne sobre el sistema educativo es el "impacto" del descenso de la tasa de natalidad.
Durante su última comparecencia en el Parlamento Vasco, el consejero Jokin Bildarratz colocó el "reto demográfico" en el "centro" de la agenda de las políticas educativas de Euskadi. Y es que la bajada de la natalidad de la última década y las aún peores proyecciones demográficas apuntan a un cierre de aulas y a la necesidad de reformular la planificación de las plantillas. Al descenso de la natalidad se une un crecimiento del porcentaje de estudiantes con madre de origen extranjero. "Nuestros colegios y profesorado, toda la comunidad educativa tendremos que prepararnos para responder con coherencia y calidad a este nuevo reto", dijo Bildarratz.
El Diagnóstico del Sistema Educativo del curso 2020-2021 realizado por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI) dibuja un horizonte con miles de estudiantes menos y centros cada vez más pequeños. El análisis de la evolución de la matrícula desde el curso 2015-2016 hasta el curso 2020-2021 "constata una disminución gradual de la matrícula en Educación Infantil en ambas redes; así como un ligero aumento de la matrícula en Primaria hasta el curso 2019-2020, curso en el que comienza una ligera tendencia descendente", alerta el informe. Si bien desde 2015 la escuela vasca en su conjunto ha perdido 5.374 estudiantes, apenas un 1,4% menos, se ha producido una sangría en el ciclo de Infantil, que es la puerta del sistema. Según el ISEI-IVEI, la matriculación en Infantil a lo largo de este periodo ha caído un 13% (de 79.754 a 68.875 escolares). Pero es que de aquí a 2028, la matriculación podría caer más de 11,6 puntos.
El informe advierte además de que la caída puede ser aún mayor ya que las proyecciones del Eustat que se hicieron en 2018 fueron "excesivamente optimistas" ya que el número de nacimientos registrados hasta 2020 ha seguido bajando. Por tanto, apunta informe, las proyecciones a largo plazo "posiblemente deban ser un tanto más pesimistas".
La evolución en la matrícula del alumnado está directamente vinculada a las tendencias demográficas. En ese sentido, la proyección de Eustat realizada en el 2018 al horizonte 2031 "prevé una tendencia descendente, y anuncia que las trayectorias y los ritmos serán dispares en los distintos ciclos o etapas educativas a medida que vayan repercutiendo en ellos, diferidas en el tiempo, las oscilaciones en los niveles de natalidad".
En una retrospectiva desde 1976 hubo una fuerte bajada en los diez primeros años, hasta 1986, cuando se estabilizaron los nacimientos anuales en torno a los 20.000 niños y niñas. A partir de entonces ha habido pequeñas oscilaciones hasta la primera década del 2000 con nacimientos en torno a los 23.000. El año 2012 fue el último con un número mayor de 20.000 niños y niñas nacidos en Euskadi.
En Primaria la tendencia será descendente en todos los territorios excepto en Araba, donde se aprecia cierta estabilidad en los primeros años. Según esta proyección del Eustat, la matrícula caerá en este ciclo 15,1 puntos antes del 2030. La situación en los niveles superiores es algo más estable. En ESO, la tendencia en los primeros años será ascendente hasta 2025 (+4,5 puntos) y después comenzará a descender hasta conseguir cierta estabilidad en los últimos años (-5,8 puntos). Y en Bachillerato crecerá 10,1 puntos la matrícula hasta 2029 y luego decaerá.
Por otro lado, la distribución de los nacimientos en función del origen de las madres muestra un aumento progresivo de los niños y niñas que nacen con madre de origen extranjero. En concreto, han pasado de representar el 15,9% en 2010 al 28,5% en 2020, es decir, casi tres de cada diez nuevos bebés tienen una madre de origen extranjero. Este hecho, afirma el ISEI, plantea "una nueva realidad demográfica y educativa que supondrá en un futuro próximo tener que plantear la gestión y planificación de los centros, para adaptarse a la situación".