La nueva normalidad se ha traducido también en una nueva forma de comunicarse y, por qué no, una forma adaptada de amar. Cupido nunca tiene las cosas fáciles, pero la pandemia ha hecho que San Valentín coincidiendo también con el Día Europeo de la Salud Sexual desde 2003 se atragante este año y ha obligado a buscar alternativas para esta celebración tan ansiada por unos y tan aborrecida por otro tantos. Además de los regalos más estándares del romanticismo como pueden ser las rosas, los bombones o una cena a la luz de las velas, experimentar nuevas formas de sexo en pareja parece haber cobrado un sentido especial este último año tan atípico en el que hemos tenido más pausa para conocer a la persona que tenemos al otro lado de la cama y trabajar el ensalzamiento de la salud sexual que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como "el estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación la sexualidad".La falta de contacto físico, sumado a tener que posponer los planes y proyectos vitales en conjunto, está haciendo mella en muchas personas que han visto sus muestras de afecto completamente virtualizadas. Y es que "el contacto de piel, de tú a tú, no se puede ni se debe sustituir por el la intimidad online, aunque esta puede ser una buena medida temporal", indica la psicóloga y sexóloga clínica Alexandra CrettazAlexandra Crettaz, quien anticipa que si queremos llevar esta situación de distanciamiento social lo mejor posible, las claves están en "la aceptación, la adaptación y, por supuesto, la buena comunicación".
Según saca a la luz el barómetro de Control acerca de los jóvenes y el sexo en tiempos de pandemia, para el 44% de los encuestados el sexo es una parte fundamental en su vida y del 52% aseguran practicarlo al menos una vez a la semana. De hecho, una relación de pareja, explica la sexóloga Begoña Labaien AlonsoBegoña Labaien Alonso, "se nutre del contacto y de la calidad del encuentro entre personas que van tejiendo una red de confianza, unido al placer que les aporta tanto física como emocionalmente".
más tiempo para experimentar Si algo queda claro es que la comunicación en pareja es clave, y que no deberíamos tener miedo a innovar. Así lo manifiestan el 84,4% de los encuestados por Control que confesaron que les gustaría experimentar más en la intimidad para salir de la rutina, y San Valentín puede ser la excusa perfecta para experimentar nuevas fantasías. Como pista, al 35,4% de los sondeados les gustaría usar un juguete sexual a distancia y al 24,9% probaría el bondage ?atar o ser atado en la cama?.
Esta última semana, con la llegada inminente del día de los enamorados y de la salud sexual, las sex shop o tiendas eróticas han registrado un pequeño repunte en sus ventas que poco a poco se van recuperando de las pérdidas de en torno al 30% sufridas durante el confinamiento, en el caso de Sex mil 1, situado en la calle Virgen del Puy de Pamplona. José Ángel Jiménez, que regenta el negocio desde su apertura en abril de 1996, señaló que cada vez más gente se está pasando por la tienda, especialmente para hacerse con el "archiconocido" succionador de clítoris de la marca Satisfyer ?top uno en ventas desde hace un año?, pero también con los clásicos vibradores o los juegos sexuales. "Al final la gente está pasando mucho tiempo en casa y es normal caer en rutina y querer probar cosas nuevas. Muchas personas nos llaman para preguntar dudas y pedirnos que les enviemos los productos a casa porque, aunque cada vez menos, todavía hay cierto recelo a hablar sobre sexo y normalizarlo", asegura Jiménez.
En el caso de Sex mil 1, aunque cuenten con un catálogo de productos en su página web, tan solo hacen ventas directas en su establecimiento, algo que aporta un valor añadido ya que los profesionales de la tienda pueden aconsejar a los clientes que "muchas veces vienen perdidos sin saber lo que buscan y con muchas preguntas. Incluso hay veces que sí saben lo que quieren, pero les da vergüenza decirlo", expone el gerente.
Es por eso que el negocio cuenta con muestras de los productos para que los clientes puedan hacerse una idea de lo que se llevan a casa: "Así pueden ver el tamaño, textura o el ruido que meten. No siempre acertaremos en la recomendación porque cada uno es un mundo, pero sirve como orientación", comenta.
Un problema con el que se topó Jiménez cuando abrió el negocio en 1996 fue la cantidad de hombres que acudían "para pedir que les cambiara algún producto porque a sus parejas no les había gustado. Hace 20 años ver una mujer en una tienda erótica era casi un mito", afirma Jiménez. Mientras hace dos décadas la clientela era fundamentalmente masculina ?cerca de un 80%?, ahora las tornas han dado la vuelta y son las mujeres en un 60% las usuarias principales de estos negocios , algo que guarda una relación directa con el empoderamiento de las mujeres y la llegada del feminismo.