Bruselas - Venganza prácticamente consumada. El Parlamento Europeo rechazo ayer jueves a Sylvie Goulard, nominada por Emmanuel Macron para el puesto de comisaria. La candidata francesa no ha logrado sobreponerse a las críticas que surgen alrededor de su figura y una serie de escándalos que aún continúan investigándose en su país de origen. Cae así el primer peso pesado de la Comisión Von der Leyen a menos de tres semanas de tomar el testigo del actual Ejecutivo comunitario. Sylvie Goulard (Renew Europe) se convertía el primer peso pesado de la Comisión Von der Leyen en caer. La candidata de Emmanuel Macron no ha superado su segunda audiencia ante las comisiones parlamentarias de Mercado Interior y Protección del Consumidor e Industria, Investigación y Energía. De esta manera, la Eurocámara consuma una venganza contra el presidente francés que se viene cocinando desde el pasado verano, cuando Macron acabó con la figura del spitzenkandidaten.

Con una amplia mayoría de votos en contra (82 de un total de 116) los eurodiputados firmaron la sentencia de la comisaria designada para Mercado Interior. La exministra de Defensa francesa no ha logrado sobreponerse a las dudas surgidas en torno a su figura y será ahora la Conferencia de Presidentes quien tenga que tomar la decisión final sobre la candidata en su reunión del próximo jueves 17.

Sin embargo, tras el varapalo de las comisiones parlamentarias, las posibilidades de la francesa son prácticamente nulas, por lo que el Elíseo tendrá que comenzar los preparativos para encontrar una sustituta. Goulard no consiguió superar las sombras de la sospecha que ya le llevaron a dimitir de su cargo como ministra en 2017. En particular, dos cuestiones que levantaron airadas críticas por parte de los eurodiputados. Su relación contractual con el think-tank norteamericano Bergrruen, del que cobra mensualmente algo más de 10.000 euros brutos, no termina de convencer a los miembros de la Eurocámara. Los parlamentarios elevaron sus dudas sobre la “ética e independencia” de la comisaria-designada. Sin embargo, Goulard diferenció entre “consideraciones legales y éticas” y señaló que ningún reglamento impide a los comisarios ejercer una actividad profesional paralela de este tipo.

Pago irregular de sueldos Pero, sin duda, la principal preocupación entre los presentes en la sala era la actual investigación que la Justicia francesa mantiene sobre la ex ministra francesa de Defensa que, de hecho, le hizo dimitir de aquel cargo. Las supuestas irregularidades en el pago de los sueldos a sus asistentes cuando era eurodiputada fueron la principal arma arrojadiza de la sesión.

De manera elocuente, parlamentarios de todo el espectro político preguntaron y repreguntaron a la candidata si dimitiría en caso de que la investigación le encontrara responsable de estos hechos. Goulard mantuvo, por activa y por pasiva, que no se encuentra “bajo investigación formal” en este caso. “Tomo nota de la decisión del Parlamento Europeo respetando la democracia. Agradezco al presidente de la República y a Ursula von der Leyen por su confianza y a todos los miembros [de la Eurocámara] que votaron por mí”, fue el mensaje que Sylvie Goulard dejó en su cuenta oficial de Twitter.

El consenso en la sala de audiencias del Parlamento fue prácticamente mayoritario. Desde los miembros del Partido Popular Europeo, hasta la Izquierda Unitaria, casi ninguno de los presentes terminó aceptando las razones esgrimidas por Goulard.

Sira Rego, eurodiputada de Unidas Podemos, señaló que la candidata no “cumplía con los requisitos” y que no era “muy sensato” que una candidata no apta para ser ministra de Defensa en Francia aspirara a un puesto de este calibre en la Comisión Europea.

Por su parte, Ernest Urtasun, miembro del grupo de Los Verdes en la Eurocámara, celebró el rechazo a la nominada francesa como “un gran día para la lucha contra los conflictos de intereses”. El eurodiputado catalán también añadió que “el Parlamento Europeo sale institucionalmente muy reforzado de esta decisión”. Aunque el liderazgo en la oposición contra la elegida de Emmanuel Macron vino desde el ala conservadora del hemiciclo comunitario. Los miembros del PPE rechazaron a la comisaria-designada por una “cuestión de integridad”, según explicó la eurodiputada holandesa Esther de Lange.