Brasilia - El Gobierno de Brasil insiste en que la situación generada por el fuego en la Amazonía ha sido “exagerada” por “cuestiones políticas” y en que los incendios no están “fuera de control” ni son los peores registrados históricamente en una zona que “cada año” se enfrenta a las llamas.

De acuerdo con fuentes oficiales consultadas por Efe, uno de los motivos políticos que ha llevado a varios países a “exagerar” la repercusión de los actuales incendios forestales en la Amazonía es la resistencia de algunos miembros de la Unión Europea (UE) al acuerdo de libre comercio con el Mercosur que ambos bloques anunciaron hace dos meses. “Francia e Irlanda siempre estuvieron entre los pocos países que se resistían al acuerdo”, dijo una fuente oficial y señaló que han sido “los primeros” en amenazar con no ratificar el tratado con el Mercosur con el argumento de que Brasil, a causa de los incendios, no cumple con sus compromisos ambientales.

A pesar de estas explicaciones sobre los ataques al Gobierno de Brasil, Bolsonaro es actualmente blanco de críticas tanto dentro de su país como a nivel internacional por la falta de actuación en política ambiental, que ha provocado no sólo un aumento de la deforestación de la Amazonía, sino también un salto en el número de incendios que destruyen la mayor selva tropical del mundo. Estos y otros factores han hecho que el descontento con la labor del Gobierno de Jair Bolsonaro se haya duplicado en los últimos seis meses en Brasil, al pasar del 19% al 39,5% de febrero a agosto, según una encuesta divulgada ayer. Según ese sondeo, la desaprobación de la gestión personal del ultraderechista Bolsonaro pasó del 28,2% en febrero al 53,7% en agosto y la aprobación a su labor cayó del 57,5% al 41% en el mismo período. Eso significa que más de la mitad de los brasileños desaprueba la gestión de Bolsonaro, que ganó las elecciones de octubre pasado con el 55,13% de los votos y que, desde que asumió el cargo el 1 de enero, ha anunciado controvertidas medidas, como la flexibilización de la posesión de armas y la reducción de los recursos a la educación. Las áreas en las que peor es evaluado son sanidad, educación y medio ambiente.

En cuanto a las críticas por los focos de fuego, Brasil alega que los incendios forestales ocurren todo los años y que agosto y septiembre son “críticos” por la sequía que afecta a la Amazonía esos meses. Aunque son los más extensos en los últimos siete años, de acuerdo a datos oficiales, los fuegos que hoy consumen parte de la Amazonía no tienen la magnitud de los registrados hasta 2004, año a partir del cual han descendido tanto esos siniestros como la deforestación en la región.

Según datos divulgados esta semana por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), la región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71.497 incendios forestales detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83 % superior al del mismo período de 2018.

También aseguran que el Gobierno brasileño actúa para combatir las llamas, que ha movilizado a unos 44.000 miembros de las Fuerzas Armadas en esa lucha y que los incendios se mantienen en el nivel 1, el más bajo en una escala de emergencia que llega a 3. Los militares comenzaron a desplegarse el sábado para reforzar la lucha contra el fuego y la detección de delitos ambientales.

Los acuerdos El canciller brasileño, Ernesto Araújo, dijo que el Gobierno de Bolsonaro defenderá el acuerdo con la UE, apoyado en la agenda de “apertura comercial” que ha promovido desde que asumió el poder el pasado 1 de enero. “No dejaremos que el tema ambiental sea un pretexto para perjudicar los acuerdos del Mercosur con la UE y la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio). La agenda de apertura y crecimiento sigue firme”, afirmó el canciller. Aludió así al acuerdo comercial anunciado la semana pasada por el bloque con la EFTA, formada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, países en los que algunos grupos políticos se resisten al tratado, también por la supuesta falta de compromiso de Brasil con el medioambiente.

La posición del Gobierno de Bolsonaro ha sido respaldada por los empresarios agrupados en la Federación de Industrias del estado de Sao Paulo (Fiesp) y otras patronales. La Fiesp, la organización empresarial más influyente de Brasil, señaló que ha recibido “con espanto las amenazas” de algunos países europeos al acuerdo con el Mercosur. “Es preocupante que integrantes del tratado recurran a pretextos que no tienen ninguna relación con lo que fue negociado para hacer política interna e intentar atacar la imagen de Brasil”, indicó la Fiesp.

Agregó que “Brasil participa de todos los grandes acuerdos globales sobre clima y medioambiente en vigor y los cumple” y “siempre tuvo liderazgo en ese campo”, en el que “es una referencia mundial cuando el asunto es preservar y producir”.

Sin embargo, ayer unos 200 sindicalistas brasileños protestaron en Sao Paulo contra los incendios que destruyen parte de la Amazonía y contra la política ambiental de Bolsonaro, al que acusaron de no actuar ante la deforestación de la mayor selva tropical del mundo. - Efe