Teherán - El presidente iraní, Hasan Rohaní, ha rechazado la opción de un diálogo con Estados Unidos mientras sus sanciones, de cuya primera ronda se cumple un año, sigan en vigor y lastren la economía de Irán.

Las sanciones impuestas por EEUU tras su retirada unilateral del acuerdo nuclear de 2015 hundieron la economía persa, que, no obstante, se está estabilizando poco a poco, y llevaron el pacto a un punto cercano al colapso. “Irán está a favor del diálogo, pero si Estados Unidos realmente quiere hablar con Irán debe levantar todas las sanciones”, subrayó Rohaní, quien calificó estas medidas de presión de una forma de “terrorismo”. Por ello, indicó que “no es posible sentarse a la mesa de negociaciones con un criminal”, en alusión al presidente estadounidense, Donald Trump, al que acusó de sancionar los alimentos y las medicinas.

Estos sectores no están realmente bajo las sanciones estadounidenses, pero las restricciones impuestas a las interacciones bancarias con Irán dificultan las importaciones.

La primera ronda de sanciones, que comenzó a aplicarse en la medianoche del 6 al 7 de agosto de 2018, castigó la compra de dólares estadounidenses por parte del Gobierno de Irán, la adquisición de deuda iraní y el comercio de oro y otros metales preciosos. La tanda de noviembre reanudó las restricciones a la compra de petróleo y productos petroquímicos iraníes y a las transacciones de instituciones financieras con el Banco Central de Irán, entre otros.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó el año pasado que la economía iraní se contraería en 2019 un 3,6% pero, en abril pasado, elevó esa recesión al 6%. La inflación ha superado el 30%, lo que ha llevado al Gobierno iraní a ordenar una subida acorde de los salarios, y la moneda nacional, el rial, se ha devaluado un 60% respecto al dólar, tras lo que se aplicaron restricciones a la compra de divisa.

El rial llegó a venderse a casi 200.000 por un dólar hace un año, pero las autoridades han logrado estabilizar su precio en un cambio de 118.000 a día de hoy, y han aprobado eliminar cuatro ceros a la moneda nacional para, según el Banco Central, controlar la inflación.

Y es que la carestía es una de las principales preocupaciones de la población, que ha visto como los precios incluso de los alimentos se duplicaban. Hace un año también se vivieron épocas de desabastecimiento de algunos productos, principalmente importados, aunque en la actualidad es posible encontrar en los mercados casi todo, aunque a un precio más alto.

El desabastecimiento y los altos precios también se han visto influidos por la corrupción interna, ya que muchos empresarios han sacado provecho de la compra de divisa a precio oficial, más bajo que el del mercado, pero para evitar esta situación se han sucedido las detenciones y las condenas ejemplarizantes. Otra de las políticas ha sido reducir la dependencia del petróleo, cuyos ingresos eran vitales para la economía iraní y han caído drásticamente debido a las sanciones a las exportaciones.

Según dijo el lunes el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, en la actualidad esta dependencia es inferior al 30%, frente al 50% de hace unos años, y está previsto que se reduzca más este año.

A flote Estas políticas, unidas a la experiencia previa de Irán en sortear sanciones, han logrado que el país se mantenga a flote pese a las dificultades. “Las sanciones han influido en la economía de Irán pero no tanto como esperábamos”, dijo a Efe Mohsen Veydaní, mayorista de relojes, quien indicó que sobre todo han afectado a los empleados públicos, cuyos sueldos no han subido a la par que la inflación.

En su caso, Veydaní explicó que el año pasado cuando importó relojes desde Hong Kong “estaba muy preocupado de que con el aumento de la tasa de la divisa los clientes no puedan comprar como antes” pero “ocurrió lo contrario”, ante los temores a que los precios seguirían subiendo.

La política de “máxima presión” contra Irán de EEUU, sin embargo, sí ha debilitado en extremo el acuerdo nuclear multilateral de 2015 y ha elevado la tensión en el golfo Pérsico.

Debido a las sanciones y al fracaso del resto de firmantes (Rusia China, Francia, el Reino Unido y Alemania) en contrarrestarlas, el Gobierno iraní ha decidido en los últimos meses dejar de cumplir algunos de sus compromisos, entre ellos los límites de reservas de uranio y de su nivel de enriquecimiento. El tercer paso en la reducción de sus compromisos llegará en septiembre, salvo que Europa garantice las exportaciones petroleras de Irán y las interacciones bancarias, algo que se presenta complicado.

Condiciones El presidente iraní, Hasan Rohaní, manifestó ayer que si Estados Unidos quiere negociar con Irán debe eliminar sus sanciones, y reiteró su advertencia de que un conflicto con la República Islámica sería “la madre de todas las guerras”. “Irán está a favor del diálogo y, si Estados Unidos realmente quiere hablar con Irán debe levantar todas las sanciones”, subrayó Rohaní en una reunión con altos cargos del Ministerio de Exteriores.

Rohaní defendió sin embargo, el tratado que en su momento se negociara con la Administración estadounidense de Barack Obama, que ha sido beneficioso para Irán. “Eliminamos la iranofobia, demostramos que no buscamos la bomba atómica y que somos capaces de negociar”, apostilló Rohaní. En este sentido, el mandatario recordó que su principal lema electoral fue establecer “una interacción constructiva con el mundo” y que el pueblo votó esa opción. “Hoy seguimos insistiendo en una interacción constructiva”, afirmó Rohaní.